Una propuesta indecente 

Alberto Ordóñez Ortiz

En un escenario del todo incierto, la campaña política de Arauz y Laso avanza en medio de carretadas de ofertas, la mayoría, como siempre ocurre, son irrealizables.  Se repite como un calco lo que ocurrió en campañas pasadas. Los candidatos no han sido capaces de reinventarse, siguen repitiendo –con ligeras variantes- el mismo cansino discurso que de tan cansino es mejor que un neuril. Algo es algo, peor sería quedarse despierto y con la boca abierta, arrimados a la ventaja de que en boca abierta no entra mosco, preferible sería decir que en la abierta de ciertos políticos no dejan de salir moscos. Bueno, no hay que ser tan exagerados, menos todavía en democracia, en que el derecho a opinar es inalienable derecho humano, aunque el que opine, opine un cargamontón de insoportables falacias; elevadas, dada la ingenuidad popular, al altar mayor en el que se cuecen los más audaces engaños.

Empero, hay cosas que por descaradas no deben pasar desapercibidas. El candidato Arauz, sin pelos en la lengua, dejando que su mollera diga cualquier paparruchada, acaba de asegurar que Correa será su principal asesor. ¿Cómo así? ¿De qué color dijo? Si bien sabido es que el expresidente no puede desempeñar ningún cargo público porque hay sentencias penales condenatorias que expresamente lo prohíben. Así las cosas, el anuncio de Arauz pregona a los 4 vientos que la metida de la mano en la justicia estaría entre sus planes, puesto que, para que Correa regrese tendrá que dejar sin efecto dichas sentencias.

Hay que tener cuidado con las palabras. Las palabras pueden iluminar, pero también matar. Con su irreflexivo anuncio, Arauz evidencia que en cuanto a meter mano en la justicia, coincide con su futuro asesor. ¿Qué más habrá? Con su imaginación haga el resto. Se trata, entonces, de una propuesta indecente. ¡Si! Indecente. (O)