Este 24 de marzo se celebró el “Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación a Violaciones Graves de los Derechos Humanos y la Dignidad de las Víctimas”, fecha casi que desapercibida, empero, que tiene trascendental importancia para la convivencia de la humanidad. La ONU definió esta fecha en homenaje al Arzobispo salvadoreño Monseñor Óscar Arnulfo Romero, defensor de los derechos humanos, asesinado un 24 de marzo de 1980.
Pertinente resaltar esta fecha cuando estamos en los albores de un nuevo Gobierno con una remozada Asamblea Legislativa, asumiendo que habrá el compromiso de conocer la verdad sobre casos de ejecuciones sumarias, desapariciones forzadas, secuestros, torturas y afines para descubrir a los verdaderos culpables en base a una prolija investigación de los actos violatorios, circunstancias y protagonistas que participaron en desmedro de los derechos humanos.
Existen muchos casos en el “misterio” que continúan generando angustia de los seres queridos, ante la inoperancia del Gobierno, Estado y la desmemoria del pueblo. Casos como la muerte del General Gabela en el 2010, denunciante de irregularidades en la compra de los helicópteros Dhruv; la muerte de Damián Peña en el 2002 con apenas 16 años cuando protestaban decenas de jóvenes; el secuestro y asesinato en marzo de 2018 del equipo periodístico de “El Comercio”; cabe recordar la denuncia que la Defensoría del Pueblo realizó ante la Fiscalía General del Estado por el presunto delito de lesa humanidad durante las protesta de octubre de 2019 involucrando desde al mismo Presidente de la República, pero que al final quedó en el olvido, y la muerte reciente de Andrés Durazno, activista anti minero en Molleturo.
El que asuma la Presidencia y los elegidos asambleístas tienen la obligación de escalecer la verdad, y el primer mandatario el compromiso de ser pluralista respetando posiciones y criterios ajenos, obviando el sectarismo, la prepotencia, autoritarismo y despotismo. NO QUEREMOS CAMALEONES CON POSTURAS ANGELICALES EN CAMPAÑA Y DICTATORIALES, REVANCHISTAS Y PERSECUTORIAS EN EL NUEVO GOBIERNO. (O)
