Un nuevo confinamiento

Una vez más, Ecuador vuelve al confinamiento, si bien parcial, debido al incremento acelerado de contagios de Covid-19, que tiene desbordada la capacidad hospitalaria y sin el abastecimiento de medicamentos e insumos.

El decreto ejecutivo, vigente desde hoy y por 28 días, determina esa obligación, además del toque de queda en 16 provincias.

La Sociedad Ecuatoriana de Cuidados Intensivos, incluso exige el confinamiento total. Quienes más que los médicos intensivitas para conocer, de primera mano, el avance de la letal enfermedad, cuyas variantes vuelven a sumir al país en un ambiente de incertidumbre y temor. En lo que va de abril de 2021 hay más del triple de casos positivos en relación al mismo mes en 2020, pese a las escasas pruebas de diagnóstico realizadas en ese tiempo.

Abusar del relajamiento, la sensación de falsa seguridad, la esperanza en la vacunación pese a los avatares de un proceso mal planificado, el qué me importa demostrado por grupos poblacionales, las insuficientes pruebas PCR practicadas por el Ministerio de Salud, han llevado a este nuevo escenario.

La mayoría de países, incluso en los que se vacunó a la mayoría de la población, han sido víctimas de nuevas arremetidas del virus. Ojalá el antídoto no pierda su eficacia ante sus nuevas variantes.

Pero confiarse en que similar situación viven otras naciones, y por ello repetir las mismas malas conductas, no usar de forma correcta la mascarilla, persistir en las aglomeraciones, casi todas innecesarias; al igual que obviar el aforo permitido en el transporte, en centros comerciales, en mercados, o donde sea, bien puede derivar en calamidad sanitaria, de la que todos se lamentarán.

Las consecuencias derivadas de la pandemia ya todos lo saben. Muchos lo han experimentado en carne propia. Nadie en el mundo quiere que un familiar, un amigo, o cualquier otro, se contagien y mueran.

Alentamos a que este nuevo estado de excepción sea un golpe a la conciencia ciudadana para ser parte de la solución, no del problema; pues la vida está de por medio. Lo hemos dicho tantas veces.