Inundaciones, crónica anunciada

Gonzalo Clavijo Campos

OPINIÓN | Las traumáticas crecientes de los ríos Tarqui y Yanuncay, el fin de semana pasado, con lamentables daños a las propiedades, infraestructura vial y vegetación próxima a las riveras, sembrando pánico a la población, no son fortuitas; han sido advertidas a través de decenas de investigaciones desarrolladas por la UCUENCA y UDA desde hace más de tres décadas.

En el año 1997 el  PROMAS-UCUENCA, preocupado por las afecciones que causan estas crecientes, desarrolló los: “Estudios para la protección de los márgenes  y control de los ríos”; “Tránsito de avenidas en el río Yanuncay” y “Aprovechamiento de las lagunas Dos Chorreras y Totoras para el almacenamiento y regulación del agua”.

El ingeniero Carlos Javier Fernández de Córdova PHD, en la última década, con apoyo de la UDA trabaja en la valiosa investigación: “Propuesta de un sistema de alerta temprana ante inundaciones por lluvias del Yanuncay”, para prever las acciones necesarias con el advenimiento de grandes crecidas.

En el año 2017, la ingeniera Daniela Sacoto, desarrolló la investigación: “Análisis de vulnerabilidad de inundaciones del río Yanuncay”, Ingeniería-UCuenca, determinando que los puentes del Reloj Floral, Felipe Segundo, otros puentes, serán afectados con una mayor creciente, al no poseer una sección hidráulica apropiada. Se señala, además, las áreas urbanas específicas con mayor riesgo de inundación…

El crecimiento constante de los caudales máximos anuales del Yanuncay, en el período  1967-2021, desde 70 a 250 m3/s, como consecuencia del deterioro de la cuenca, destrucción del chaparro y pajonal para la ganadería, expansión del área urbana a una tasa del 2% anual, ha sobrepasado toda proyección realizada por los expertos. El caudal gigante medido en el río Tarqui, este sábado 15 de mayo-2021, con un registro de 320 m3/s, no se esperaba ni en el próximo milenio.

¿Cuál es el camino correcto a seguir? No hay duda lo más importante es hacer respetar las márgenes de los ríos, cuidar, proteger y regular las cuencas altas, construyendo una o más represas como en el Machángara y que, ahora, no da ningún problema en la etapa invernal. (O)