Recuerdos de mi padre

Francisco Chérrez Tamayo

OPINIÓN | Padre, sin duda que la memoria de tu imagen permanece hilvanada en las hebras de mi melancolía. Tu ejemplo y tus vivencias están latentes en lo más profundo de mi ser, por eso trato de cumplir a cabalidad con esa herencia que Tú nos legaste: cumplir honestamente con nuestro trabajo; ser solidario con el prójimo; reconocer que los bienes espirituales complacen y regocijan mucho más que los materiales; saber entender y perdonar los errores de nuestros semejantes.

Papá “BETO”, nunca olvidaré con que cariño me confeccionabas los primeros juguetes de mi infancia, y con qué emoción, a los 9 años, me compraste mi primer libro (Corazón: de Edmundo de Amicis), con el que me incentivaste en el hábito de la lectura. Tengo presente tu cara alegre y risueña, así como tu corazón agrandado, no solo por la crónica enfermedad, sino por el amor a tu esposa, a tus hijos, y a tus semejantes. Me atormenta recordar como los ásperos jadeos, arañaban con sus garras tus desgastados pulmones, producto de tu fatal enfermedad; que se ensaño contigo, y te maltrató hasta el final, MALDITA ASMA…  

En tus últimos días de vida, sentía como puñales que atraviesan el alma, los postreros ronquidos de tu existencia; aunque con mis incipientes conocimientos de estudiante de medicina nada podía hacer. Lo recuerdo todo muy claro, aquel fatídico día te despediste de mi madre, para asistir al Hospital del Seguro Social para realizarte una sangría, y como presagiando el final, entre insondables y nostálgicos suspiros le estampaste el último beso, abandonando el hogar para físicamente nunca más volver.

Esa mañana el aire se tornó opalescente y espeso, un dolor inquietante me oprimía el corazón; al enterarnos de la fatal noticia, una nube oscura y siniestra enlutó el barrio de toda tu vida: LA SUELERIA; las lágrimas nunca estarán por demás…Estoy convencido que tu ser no desapareció en la inmensa opacidad de la muerte definitiva, es por eso que tu espíritu junto al de mi Madre, siempre nos hacen placentera compañía. Mi homenaje en este día para todos los padres que se adelantaron. (O)