Partió un gran amigo

Eduardo Sánchez Sánchez

OPINIÓN | A la  amistad se la describe como  una relación afectiva entre las personas,  sobre la base de la reciprocidad y el trato asiduo. Valores fundamentales son la lealtad, el amor, la solidaridad, la incondicionalidad, la sinceridad y el compromiso, en términos de indicar algo positivo.

Érase la década de los sesenta en la centuria pasada, cuando mi Padre solicitó que un destacado Maestro de la Música, instruyera a sus hijos en música con su gran experticia, habilidad y formación, llegó Don Víctor Sarmiento Mora, Mentor y preceptor del bello arte en colegio y conservatorio a más de integrar la Orquesta Sinfónica con un nivel destacado de quienes aman el Arte y lo cultivan con verdadera pasión. Fue su hogar un templo donde no solo participó esta cualidad por genética a su descendencia, sino que se preocupó de formarlos con amor e intensidad a sus hijos, siendo así que el mayor Franz y el último Bolívar Sarmiento Regalado, quienes más destacaron y en múltiples ocasiones nos nutrieron el alma a quienes sentimos sed del bello arte y gozamos de su amistad.

Por ello, se cita de amigo para indicar que una persona tiene gusto o afinidad por cierta cosa, en el particular tratado la Música en sus múltiples manifestaciones. FRANZ SARMIENTO REGALADO, fue un Caballero, distinguido por su humildad, cualidad de los inteligentes, se mostró honesto y gentil. Melómano  y propietario de  una conducta intelectual, que la puso al servicio de sus alumnos y amistades de manera muy particular.

Gran ejecutante de varios instrumentos musicales, y destacado de manera  especial con el acordeón, de austriaco origen, construido en 1829 en Viena por Cyrill Demian, con el cual fue un virtuosísimo, a punto de “hacerle  “cantar” con su maestría y calidad de dorados quilates.  Llegue nuestra nota de pesar a su querida familia y con certeza hará música en el mundo etéreo. (O)