Memorable acierto

Alberto Ordoñez Ortiz

La Seguridad Social, ese viejo sueño de redención humana, está de fiesta, de fiesta por todo lo alto. Que suenen las campanas del optimismo. Que extiendan su recio y vibrante compás a todo lo largo y ancho de nuestra Cuenca y de nuestro Azuay. Que el jolgorio inunde el corazón de sus mujeres y hombres de buena fe, de los que redoblan sus anhelos cuando la esperanza se va concretando sólida, arrebatadoramente en el horizonte inmediato. Es que no es para menos, no pude serlo, porque es hora de saludar el memorable acierto alcanzado en la designación de Fabián Carpio Gotuzzo como Director Provincial del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, y más todavía si ella proviene del propio Carondelet, en cuanto esa decisión representa el categórico respaldo de quienes conducen el destino del país. 

Bueno, permítanme hacer un imprescindible y breve esbozo de Fabián. Le conocí cuando todavía era muy joven. Cuando estaba en la edad en que la personalidad se plasma en el yunque en que el fuego funde y permite visibilizar el brillo que con el andar de los días le daría el irrevocable contenido que hoy ostenta. Responsable en su dimensión más elevada. Ejemplar por su impoluta conducta. Estudioso, extremadamente estudioso, luego de superar sucesivas etapas alcanzó la plenitud del complejo conocimiento jurídico y de todos los quehaceres de la Seguridad Social.

Me correspondió el alto honor de nombrarlo –en su momento- dados sus altos méritos, como Procurador Regional. La Seguridad Social de este lado del país cuenta ahora con su más representativo miembro, quien, sin duda posible, saldrá con las manos limpias –su honradez lo proclama- y con la frente en alto, porque su legado permanecerá y será tea y guía por largo tiempo. Quienes tenemos el privilegio de conocerlo, nos sentimos honrados por su memorable designación.  (O)