Educación y soledad

Francisco Olmedo Llorente

Se ha dicho que la soledad -severamente agravada durante la pandemia- es «la enfermedad más devastadora de nuestro tiempo». Una enfermedad polifacética, que puede afectar a todos, produciendo serios daños físicos y psíquicos. Por esto, se ha convertido en un problema de Estado y de la sociedad toda.

Lucio Séneca escribió: “La soledad no es estar solo, es estar vacío”. La soledad no es el mero hecho de estar o no solo. Hay la soledad elegida, creativa, que enriquece y gratifica. Hay la soledad forzada, íntima, que provoca «sentirse solo» y padecer por ello. Hay la soledad en compañía, con diversos matices. El antídoto contra la soledad como vacío existencial es muy complejo.

Frecuentemente, el hombre trata todas las realidades como objetos, incluidas las personas. Con ello, se disminuye la capacidad de diálogo y encuentro.  Ahora bien, aún estando a solas, es posible crear formas de encuentro y vivir la soledad como refugio y no como destrucción.

El hombre puede relacionarse, de manera receptivo-activa-creativa, con realidades abiertas y fecundas, que constituyen campos de posibilidades de juego, por ejemplo, las personas, un instrumento musical, una obra de arte, etc.  A. López Quintás dice que «jugar -entendido en sentido filosófico preciso- significa recibir posibilidades para crear con ellas algo nuevo valioso», por ejemplo, crear «jugadas» en el deporte.

El encuentro es el entreveramiento de dos realidades abiertas, que interactúan, se influyen, enriquecen, potencian y respetan mutuamente.

Si «saber estar solo puede aprenderse», es necesario educar oportunamente para posibilitar formas de encuentro con las realidades abiertas, formas que crean la cultura. Así, los educandos estarán pertrechados axiológicamente contra la soledad. «Educar  -dice López Quintás- es una tarea más amplia y profunda que instruir y adiestrar. Significa ayudar a los alumnos a configurar su personalidad entrando en relación receptiva y activa, a la par, con cuanto les otorga posibilidades valiosas», es decir, con todas las realidades abiertas. (O)