Asambletitis

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

            Claro que también hay en la ciencia médica otitis, laberintitis, faringoamigdalitis, cristitis, conjuntivitis y gastroenteritis. Pero ninguna como la asambletitis.

            La Asamblea Nacional está desembocando en un desgaste enfermizo. Lleno de pus y no se cura con antibióticos. Una asambletitis generadora de una cristitis para el país. Escándalos tempranos e insalvables. Perfiles cercanos a la clásica corrupción que genera dolor agudo y fiebre, impidiendo mirar lo fundamental para el país.

            Atrapados en el debate infructífero, el desorden procesal, el marketing individual desesperado, la tarima y repartición. Propio a la política del último tiempo que no se dignifica. Entre la irritación y también la hinchazón. A veces causa vértigo y en otras, fatiga. Mejor dicho en muchas: fatiga a todo un país.

Dicen los expertos que es una enfermedad viral reciente, heredada de las prácticas totalitarias modernas en donde no importa mucho la constancia, visión país y preparación, sino el show inmediato y la cortísima proyección.

Los entendidos cuentan que la asambletitis se relaciona en cierta medida con la leberintitis, porque se trata de un problema de oído, es decir se produce una especie de dificultad en éste y claro no se escucha a la gente y sus urgencias; señalan además los últimos descubrimientos que hay como una especie de ceguera también.

Algunos han estudiado a la asambletitis como la causante de la atrofia organizativa y del futuro del Estado. Genera falta de agilidad para tomar las decisiones más importantes del país sobre: ley de comunicación, ley de educación superior, código de la democracia, código penal y código laboral.

En fin, los ecuatorianos más pronto que tarde hemos de encontrar la cura democrática para esta terrible asambletitis.  (O)