Tras un año de operación comercial del tranvía, el Municipio busca reducir el déficit

La integración con transporte urbano y otros procesos legales aún están sin resolverse.

El número de usuarios ha aumentado en los últimos dos meses, según información de la Dirección del Tranvía. Aún no son suficientes para la rentabilidad del sistema de transporte. Xavier Caivinagua/El Mercurio

A nueve días para cumplirse el primer año de la operación comercial del Tranvía de Cuenca, la brecha fiscal asciende a 6 millones de dólares.


Jorge Moscoso, director coordinador general del Tranvía, reconoce con preocupación las cifras de ingresos que parten desde el 22 de septiembre de 2020. Reconoce que “no hay como tapar el sol con un dedo”, razón por la cual, dice, tiene que “reinventar la planificación”.


Por el momento han suscrito convenios con empresas, entre ellas Farmasol y últimamente con Mega Supermercado Santa Cecilia, alianzas que benefician a los tarjetahabientes y dinamizan la economía de parte y parte.


Otra acción que impulsan para reducir la brecha fiscal es el arrendamiento de los espacios publicitarios en el sistema tranviario, por medio del Portal de Compras Públicas, que hasta el momento ha generado 500.000 dólares extras.


Moscoso señala que al momento de una evaluación comercial se debe separar la etapa constructiva, pues las respectivas auditorías de Contraloría determinarán responsabilidades en el caso que las hubiera. “Independientemente de los hechos anteriores, los ciudadanos tenemos que empoderarnos del sistema tranviario porque es nuestro patrimonio y además se trata de un transporte ecológico, seguro, rápido”.

Indicadores

En los primeros meses de la operación comercial del Tranvía el número de usuarios fue subiendo paulatinamente, asegura. Según datos de septiembre, octubre, noviembre y diciembre de 2020, en estos meses se registra un número entre 10.000 y 12.000 usuarios diarios. No obstante, en diciembre el sistema tranviario tuvo un incremento en el flujo de caja al registrar 14.000 pasajeros promedio, inclusive, se alcanzó el pico más alto: 16.000 a 19.000, debido a que el boleto sencillo costaba 35 centavos en ese entonces, valor que subió a 1 dólar en enero, con el objetivo de “incrementar y fomentar la compra y el uso de la tarjeta”.


Adicionalmente, la línea 100 Ricaurte-Baños no operó al 100 % durante estos meses, por lo tanto el Tranvía sumó entre 3.000 y 6.000 usuarios adicionales en este tiempo, acota.


Los buses volvieron a operar con normalidad en esta línea desde enero de 2021, viéndose afectado el promedio de usuarios del Tranvía, pasando a transportar de 9.000 a 10.000 pasajeros promedio. “En marzo ya tenemos un repunte que se mantiene hasta este mes, teniendo un promedio de 12.000 a 14.000 usuarios”.


Tras compartir estos datos, Moscoso considera que el panorama es alentador, sobre todo si se toma en cuenta que el transporte público sufrió un impacto a nivel mundial del 35 % debido a las restricciones de movilidad, y que dicho servicio ha experimentado una baja del 25 % por el exceso de vehículos particulares.

Con el retorno a clases presenciales se espera un incremento mínimo del 20 % de usuarios y si la línea 100 “ya no afecta al sistema tranviario” se puede hablar de un incremento total del 40 %, es decir 18.000 pasajeros diarios, haciéndolo mucho más sostenible.

Línea 100


La Dirección Municipal de Gestión de Movilidad (DGM) y la Empresa Municipal de Movilidad (EMOV EP), deben pronunciarse sobre la situación legal y técnica de la línea 100, considerada por muchos como una competencia directa del Tranvía, considera Moscoso. “Se debe buscar un equilibrio económico entre los sistemas integrado de recaudo y transporte público”.


En cuanto a la unificación de las tarjetas de transporte público y tranvía mencionó que es algo imposible porque “no son compatibles”, razón por motivo propone que se debe ir trabajando en un sistema único de recaudo.


La tarjeta física, inclusive, es un “tema caduco”, a tal punto que se debería pensar en una “tarjeta ciudad” que considere las nuevas tecnologías, tales como: celulares, códigos QR, transferencias bancarias, tarjetas de crédito y débito, identificación biométrica.


“Tres dagas que hieren”


Cristian Zamora, concejal de Cuenca,
destacó que ha detectado “tres problemas o dagas” que afectan al sistema tranviario.
La “primera daga” es la operación de la línea 100 con el Tranvía, misma que evita una integración física. “Por algún tiempo se integró la puntas de Milchichig-Ricaurte y Control Sur-Baños, pero posteriormente se permitió que siga operando la línea 100, algo contra natura, afectando financieramente al proyecto. La integración física de otros lugares ni siquiera ha comenzado”.


La “segunda daga” es la integración tecnológica. “Las tarjetas electrónicas de los buses deben ser leídas y utilizadas en el Tranvía y viceversa, esto se logra a través de homologación que es totalmente posible y factible”.


Con respecto a este problema, el edil acota que a comparación del sistema de buses existen pocos puntos de venta de tarjetas para el sistema tranviario, situación que disuade su uso y afecta la parte comercial.


La “tercera daga” del Tranvía de Cuenca está relacionada con la demanda de los usuarios, que nunca se previó. “Desde que comenzó el proyecto se había indicado que la demanda diaria del Tranvía sería de 125.000 pasajeros, luego de la construcción bajó considerablemente esta proyección”.


Posteriormente se realizó un “proceso probabilístico” simulando que iban a tener un promedio de 44.000 pasajeros diarios, “una locura” para Zamora, al recordar que la mayor demanda de la línea 100 en un día fue 28.000 pasajeros con tarjeta electrónica.


“Apoyo gubernamental es vital”

Diego Morales, concejal que preside la Comisión de Movilidad, Tránsito y Transporte de Cuenca, indicó que entre octubre y diciembre se alcanzaron “datos alentadores”, alcanzando un pico de 24.000 usuarios en medio de la pandemia.
Coincide que la línea 100 afecta directamente al sistema tranviario al detallar que desde que el servicio de buses urbanos retomaron las operaciones en enero de 2021 volvió se evidenció una reducción del 40 % de usuarios. Empero, el edil reconoce que se encuentran “bastante lejos de las proyecciones” por este y otros motivos como la pandemia. “Esperamos recuperarnos con el retorno a clases presenciales y plan de vacunación que ha sido exitoso en Cuenca y Azuay”, acota.
Morales sostuvo que antes de la pandemia se estimaba un subsidio menor a 600.000 dólares. “Era un valor sostenible, pero para aquello se necesitaba bordear al menos los 30.000 usuarios o viajes, ahora el subsidio seguramente será mayor al presupuestado del año anterior que era 6 millones de dólares originado por la tarifa del pasaje, pues la tarifa real bordeaba los 81 centavos”.
Por tal motivo, el edil destaca que el apoyo gubernamental será fundamental para sacar a flote al Tranvía. (I)

DETALLES

– El Municipio analizaba un subsidio entre 5 y 6 millones de dólares anuales, no obstante, según el concejal Cristian Zamora este valor  puede llegar a 11 millones, “pudiendo incluso llegar a quebrar el proyecto a corto plazo”.

– Los ingresos del Tranvía por concepto de pasajes, entre enero y mayo fueron alrededor de 500.000 dólares. La operación anual, que inicialmente tenía un costo de 15 millones anuales, ahora bordaría los 10 millones.

– La integración tecnológica sigue pendiente, según el concejal Diego Morales mientras que para ejecutar la integración física existe una “hoja de ruta” definitiva que ya se encuentra trazada.