El aluvión de migrantes a Estados Unidos se ha intensificado. Hay que recordar que contribuyeron al desarrollo de ese país migrantes sobre todo de la empobrecida Europa de finales del siglo XIX y primera parte del XX. ¿Ofrecía este país todo gratis a quienes llegaban, al margen de sus esfuerzos? Ni de lejos. Ofrecía igualdad de oportunidades para, mediante el trabajo, mejorar las condiciones de vida y hacer realidad, por lo menos parcialmente, algunas aspiraciones. Nada de igualdad de ingresos provenientes del Estado como la ilusoria visión de interpretaciones del socialismo marxista.
Nacemos los humanos con una serie de capacidades que nos diferencian de los demás animales, como la creatividad, posibilidad de mejorar en el futuro y oportunidades para superarnos. En un sistema democrático, ajeno a totalitarismos marxistas, ese país se convirtió en la primera potencia del mundo. Quienes se aventuran a migraciones ilegales recurriendo a coyoteros -que distan mucho de ser Teresas de Calcuta- creen que allá, tendrán mejores oportunidades para mejorar sus ingresos por una mejor recompensa al trabajo.
El Estado debe asumir una serie de servicios que posibiliten el crecimiento integral de los ciudadanos, pero ni de lejos creer que todo tiene que ser gratis. El actual gobierno ha ofrecido como prioridad en su gestión crear oportunidades en el entorno social para combatir al peor enemigo de esta crisis: la desocupación. En qué medida cumplirá esta propuesta, el tiempo lo dirá; lo que importa es que, al margen de la gratuidad, lo que buscan los ciudadanos es oportunidad para poner en práctica sus cualidades sin tener que emprender la aventura de llegar a la “Yoni”. (O)
