Agua de colores

Ma. Isabel Cordero

A finales de los 70, ella y su esposo abrieron una academia de pintura para guaguas en la buhardilla de su casa, una incubadora de artistas; no tengo claro si sabían a ciencia cierta el efecto maravilloso que provocó en cientos de personas, pero, hizo posible que muchos nos sintamos artistas y eso, en la mente de una niña, puede ser la diferencia entre la felicidad y la sombra.

Ser mujer artista en Cuenca no es tarea fácil, más aún, cuando se ejecutan proyectos que quiebran paradigmas.  Eudoxia Estrella fue una mujer única, no solo por su don de crear seres de luz con agua de colores, sino por poner al alcance de las personas el arte moderno, abrir un espacio donde podamos abrazar lo abstracto, y niños y niñas puedan exponer sus obras en el mismo lugar que lo hacen artistas internacionales.

Deja un legado invaluable de rostros como marcas de agua, de flores sublimes y paisajes claros. Pero, aún más importante, deja generaciones de seres sensibles que podemos disfrutar del arte sin miedo, a dibujar líneas sin reglas ni medidas.  Gracias maestra por dejarnos ser (O).

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