Para los que se adelantaron

Francisco Chérrez Tamayo

 La muerte es parte del ciclo vital, es un giro del tiempo hacia la eternidad; no es lo opuesto a la vida, sino que es parte de ella; vivir en los corazones de los que quedan atrás, no es morir; más terrible que la muerte, ¡es no saber vivir! Para todos aquellos que se adelantaron en el camino terrenal, y que para nosotros no murieron, porque viven impregnados en la memoria de nuestros recuerdos, y en las fibras más íntimas de nuestro corazón, el día de difuntos es un día especial, ya que debemos recordarles con imperecedera gratitud, y cariño, al dejarnos ejemplos y vivencias de amor, comprensión, abnegación, sacrificio y honestidad. Recordemos con profundo respeto a nuestros padres, hermanos, familiares, amigos y otros tantos seres queridos que partieron prematuramente con motivo de esta dolorosa pandemia. Ellos nos entregaron su amor, su ternura, su desprendimiento, así como su amistad sincera y transparente; por eso se convirtieron en luz de nuestra oscuridad, que alumbra el camino que guía nuestro destino. Luz que nunca dejará de brillar en el cielo y en nuestros corazones; fuego que nunca se extinguirá y que nos hace recordar día a día sus abrazos que tanto extrañamos; porque a pesar del paso inexorable del tiempo y la distancia, siguen siendo parte de nuestros sueños, sonidos en cada silencio, y suspiro de nuestros anhelos; por que dejaron escrita su ausencia con tinta sangre del corazón. Porque fueron y nos enseñaron a ser felices con poco y con nada; luchando sin tregua frente a las adversidades del destino, entregándonos siempre su alma diáfana y noble, un corazón magnánimo de sonido puro, así como sonrisas amplias, francas y generosas, de las cuales tenemos el más sublime recuerdo. Con respeto y afecto, en honor a su memoria, a todos les decimos GRACIAS, por recorrer juntos parte de nuestro camino, hasta volvernos a juntar en el más allá. (O)