Vialidad en el Austro

Marco Carrión Calderón

De entre los ofrecimientos gubernamentales en las recientes celebraciones habidas en Cuenca, considero digno de destacar el que el Vicepresidente Alfredo Borrero ha llamado Cumbe-Biblián, gran parte en buen estado. En fin, con que se construyera el corredor de la salida sur de Cuenca ya podríamos sentirnos algo satisfechos.

Los otros ofrecimientos se refieren a pequeñas obras de reparación de tramos dañados de otras vías y eso, en verdad, no es algo realmente trascendente. Es necesario que se repare el tramo dañado de la vía Molleturo-Naranjal, pero como esos daños ocurren con demasiada frecuencia, lo que se necesita es una solución definitiva; los ingenieros sabrán cuál es, quizá el diseño de una vía alterna, pero así no podemos, ni debemos, seguir. La región exige algo definitivo. Igualmente nos ofrece, igual que hace el Ministro de Obras Públicas Marcelo Cabrera, arreglar –bachear- las vías Girón-Pasaje, carretera en pésimas condiciones a pesar de ser fundamental para el Austro, Biblián-Zhud-Cochancay, Cuenca-Quito, Cuenca-Méndez, y así pequeñas cosas, como para “contentarnos” y evitar reclamos. Exigimos que la desastrosa vialidad en la zona austral merezca un enfoque serio y soluciones eficientes y definitivas ¿Se acabará al fin la carretera Sígsig-Gualaquiza…?

Por desgracia el tener un Ministro de Obras Públicas parece que una vez más no le servirá de nada al Austro del país. Pero tal cosa sería imperdonable y Cuenca le reclamará permanentemente al Ingeniero Cabrera el no haber servido en forma adecuada a esta ciudad y región que han sido postergadas por todos los gobiernos y, tal como van las cosas, parece que también lo será por este. Exigimos soluciones definitivas y no los parches que se hacen cuando hay reclamos.

Esa postergación infame es una de las consecuencias más evidentes del centralismo en contra del cual se ha leído bastante en estos días y contra el cual se ha reclamado con fuerza. Desgraciadamente las voces que se elevan en este “rincón” de la Patria ni son oídas ni leídas, peor atendidas, por las autoridades del Gobierno central a quien, permanentemente, casi nada le ha importado el destino y bienestar de nuestra postergada región. (O)