¿Hasta cuándo las masacres?

Las cárceles se desangran en el país. Enterarse de masacres entrereclusos ya es un lugar común, mientras afloran comentarios,acusaciones; se buscan culpables y hasta posibles vacíos o viciosconstitucionales y legales.En 2021 se registran cuatro masacres.

La ocurrida en la Penitenciaría deGuayaquil entre el viernes y el sábado últimos deja como saldo 68reclusos asesinados y 25 heridos.No interesa si los masacrados fueron narcotraficantes, violadores,ladrones, asesinos, asaltantes, no pagaron las pensiones alimenticias ointervinieron en protestas sociales y fueron acusados, aun sin pruebascontundentes, de sabotaje.

Se trata de seres humanos. Infringieron la ley, optaron por el caminoincorrecto, nunca fueron rehabilitados, en fin; y por eso cumplíansentencias de los jueces, otros las esperaban, otros fueron “encerrados”mientras eran investigados, es decir, con prisión preventiva.Simplemente, el Estado se olvidó de ellos. No existe un sistema derehabilitación. Hay hacinamiento. Junto a los llamados “delincuentespeligrosos” bien puede estar quien robó un celular o una gallina.

También es real la existencia de bandas delictivas, de pandilleros, y enestos últimos años, de narcotraficantes cuya actividad tiene en vilo alEcuador; pues, según las autoridades, son parte de cartelesinternacionales de la droga.

Sí, el Estado ha perdido el control de las cárceles. Si los guíaspenitenciarios, en algunos casos ni siquiera portan las llaves de lospabellones; si la droga, armas, explosivos y celulares ingresan sin problema, es fácil deducir las consecuencias.Eso ha facilitado el imperio de liderazgos, de la lucha fratricida porcontrolar los pabellones y, por ende, las cárceles, convertidas encentros del crimen y la extorsión.

En tanto la ciudadanía, desde su ansiedad, reclama por el papel de laPolicía y del Ejército en las cárceles; y el gobierno hace lo mismo antela Corte Constitucional y esta le devuelve la acusación.Ecuador, en materia carcelaria es vergüenza internacional. ¿Hastacuándo?