Sustituir al mercado

Bladimir Proaño

Es difícil por ahora. Deberemos intentar corregir sus defectos, pero hay que respetar sus reglas. En el sistema de mercado el problema de la asignación de los recursos se resuelve mediante el propio mercado, basándonos en algo tan sencillo como que el ser humano responde ante los incentivos. En cambio, desgraciadamente, por lo evidenciado en el funcionamiento del Estado, no hemos corregido sus defectos ni por ello quiere decir que debemos abandonarlo, ya que su rol en el sistema económico es importante, sobre todo cuando el mercado presenta los fallos.

Anteriormente se discutía que los sectores estratégicos (hidrocarburos, minería, energía, telecomunicaciones y financiero) a más de los inherentes de salud, educación y seguridad debían estar en manos del Estado. Hoy nos aprestamos a observar a la empresa privada, nacional o internacional, tomando presencia en estos sectores de fácil consecución por la interesante rentabilidad de por medio, que a todo inversionista le incentiva. En el foro Ecuador open for business, sí es posible atraer esa inversión de USD 30 mil millones, ya que con una tasa de descuento del 12%, se podría generar flujos de caja anuales de USD 5.3 mil millones para un horizonte de 10 años que ningún inversor lo despreciaría.

Se ha reconocido que, para atraer esta inversión, el riesgo de mercado del país es aceptable: la inflación (0.21%, Oct/21) es una de las más bajas de las economías dolarizadas cercanas a nosotros, El Salvador (3.56%, Oct/21) y Panamá (1.45%, Oct/21), el esquema monetario (la dolarización) está a salvo y las reservas (USD 8.2 mil millones) son fuertes. Sin duda estas variables de análisis tranquilizarían a los inversionistas, lo que preocupa es cómo se distribuirá entre la población los beneficios esperados de esta inversión para contener la desigualdad y conseguir la eficiencia del mercado, es decir una asignación de los recursos que maximice el excedente total (valor para los compradores menos coste de los vendedores).

Se espera con este anuncio del gobierno, de seguro, la venta del Banco Pacifico y con ello esperar, la llegada de la banca internacional, que conllevará a una “presión” para mejorar la eficiencia en la industria, reafirmándose la supremacía del mercado para maximizar los beneficios para el inversionista, pero sin asegurar el beneficio social. (O)