Un detenido no grato

La reciente captura, en Quito, de un “importante integrante del cartel mexicano Sinaloa” da pistas de cuan penetrado está en Ecuador el narcotráfico internacional.

El sujeto pasó los filtros migratorios en la capital sin ningún problema. Pero, según información difundida en las últimas horas, tras un prolongado silencio, la Seguridad Nacional de los Estados Unidos le seguía los pasos por delitos de narcotráfico y lavado de activos.

La coordinación con la Fiscalía y demás autoridades policiales encargadas de investigar los delitos transnacionales permitieron la captura del mexicano, un joven de 23 años de edad.

El proceso para extraditar a EE.UU. al presunto narcotraficante está en manos del presidente de la Corte Nacional de Justicia de Ecuador, que ya legalizó su detención.

En poder del joven la Policía encontró dos celulares, sobres de papel, donde se destacan altos montos de dinero. Tendrían relación con negocios para el envío de droga desde Ecuador, considerado como “la gran bodega de cocaína” para despacharla, sobre todo a Estados Unidos.

Dicha captura ocurre en medio de una ola de crímenes en las calles, los más al estilo sicariato, de masacres en las cárceles, y de un ambiente de zozobra colectiva en varias provincias de la costa ecuatoriana.

Si bien la Justicia cumplirá su rol respecto de la suerte del detenido, el suceso ahonda la preocupación sobre el avance de bandas narcodelictivas en Ecuador. Su accionar data de muchos años atrás, contando, como ha dicho el gobierno actual, con cierta permisividad de sus antecesores, al no afrontarlo con la ley en la mano y la fuerza del Estado.

La Policía Nacional, en coordinación con la Fiscalía, ha capturado en 2021 más de 180 toneladas de cocaína. El lavado de activos, el microtráfico dentro del país, la compra de conciencias, son parte del panorama oscuro, corrupto y violento del narcotráfico.

Saber el objetivo de la “visita” del mexicano a Ecuador podría descubrir algún entramado. La Fiscalía lo investigará. (O)