Correa y “baby” Yunda

Gerardo Maldonado Zeas

“Baby” Yunda, en un súper operativo entre la policía de Ecuador y Argentina, fue detenido en Buenos Aires, al tener alerta roja por una orden de prisión preventiva, debido a un presunto delito de asociación ilícita. Su comportamiento cuestionado, por cierto, al haber utilizado el poder e influencias del ex alcalde de Quito, se convirtió en la razón de las criticas de la sociedad, mientras Yunda papá hacía varias piruetas jurídicas, para no ser destituido, lo cual al fin no ocurrió, y ahora enfrenta acusaciones en la justicia ordinaria.

La detención, coincidió, horas más horas menos, con la llegada del prófugo de la justicia ecuatoriana, con sentencia ejecutoriada para 8 años, Rafael Correa Delgado, a Buenos Aires procedente de México, para participar en un seminario internacional sobre “lawfare” (guerra jurídica, creada para referirse al ataque contra oponentes políticos) organizado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del gobierno de los Fernández, para entre ellos “lavarse la cara” de las atrocidades cometidas en sus países, evento en el cual Correa, muy horondo habló sobre su caso, victimizándose y atacando de manera brutal al sistema jurídico ecuatoriano. Es evidente, que él tiene luz verde para pasear, dictar conferencias, y opinar de la gestión de los gobiernos conforme le plazca.

Dos historias distintas: en el caso Yunda, la INTERPOL se complace y apoya su detención, y en el de Correa hace caso omiso, aun sabiendo todos los pasos que el condenado da en el mundo, porque con horario preciso, publica en su cuenta de Twitter, en donde se encuentra, para donde va, y como es recibido por los miembros de su trinca.

La fama de la INTERPOL, de hacerse los ciegos en casos emblemáticos de rufianes que accedieron al poder en sus países y luego fugaron, vistiéndose con el atuendo de “perseguidos políticos” tiene larga data, e indigna a los ciudadanos libres del mundo, constituyendo un agravio para la justicia ecuatoriana. La INTERPOL, convertida en una institución con serias dudas de su honestidad, parecería decir: “Cambiamos canalla con sentencia ejecutoriada, por sujeto con orden de prisión preventiva”. (O)