¡Buen negocio!

Mario Jaramillo Paredes

La corrupción generada por Odebrecht es probablemente la trama más grande descubierta en nuestro país a excepción de la del campo petrolero, que, siendo infinitamente más grande, permanece todavía en la impunidad.

Odebrecht entregó- según declaraciones de sus directivos- algo más de treinta y tres millones de dólares a autoridades y testaferros del correísmo. De esa suma, alrededor de trece millones fueron a parar en manos de dos personas. Una de ellas acaba de salir de prisión la semana pasada, por “buena conducta” y por qué los informes sicológicos le son favorables…lo cual hace suponer que está muy bien (pilas) y por lo tanto, listo para nuevos emprendimientos con tecnologías de punta producto de la enseñanza- aprendizaje obtenida en la cárcel con maestros expertos. El otro personaje al parecer saldrá libre en las próximas horas.

Un buen negocio pensará seguramente aquellos que entran en política para enriquecerse. Cuatro años de cárcel son duros, quizás más para sus familias que para los sentenciados, pero salir luego a disfrutar de la riqueza mal habida puede ser tomada como un buen negocio para quienes carecen de valores éticos. Para quienes gustan de números, son tres millones por año, lo que es una ganga para un país en donde solamente un tres por ciento de la gente gana más de dos mil dólares mensuales, es decir veinte y cuatro mil años.

Hay quienes sostienen que el endurecimiento de penas no reduce los delitos. Pero también hay quienes sostienen y sostenemos que con penas mayores los delincuentes pensarían tres veces antes de cometer sus fechorías y los políticos tramposos meditarían más antes de enriquecerse en la función pública. A la final seguimos siendo una sociedad en donde por robar un celular se va un año a prisión y por embolsarse trece millones, solamente cuatro, es decir como robar cuatro teléfonos. (O)