Los conservadores alemanes eligen al derechista Merz y despiden la era Merkel

El derechista Friedrich Merz será el nuevo líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) alemana, el partido que ocupó el centro político durante la «era Angela Merkel» y cuyas bases se decantaron ahora por un rival histórico de la excanciller.

Merz desbancó claramente a los dos aspirantes del ala centrista, Norbert Röttgen y el exministro de la Cancillería Helge Braun, al obtener el 62,1 % de los votos en la consulta entre la militancia democristiana.

Identificado con los poderes económicos del país, con una elocuencia muy superior a sus rivales y poderosos aliados internos, Merz se comprometió a ser el «presidente de todos, realmente de todos».

Dejó para una decisión futura si, además de presidir el partido, aspirará a ser el próximo candidato del bloque conservador a recuperar la Cancillería perdida en las últimas elecciones generales.

«Esa cuestión la decidiremos a su debido tiempo y en consenso con nuestros amigos bávaros», dijo, en alusión a la poderosa e igualmente derechista Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) de Markus Söder.

Era la primera vez en la historia del partido de Konrad Adenauer, Helmut Kohl y la misma Merkel en que se cedía la voz a la militancia para una decisión que corresponde, por sus estatutos, al congreso federal.

El voto abierto a los cerca de 405.000 afiliados -con una participación del 66 %- deberá ser ratificado formalmente por los 1.001 delegados, en un congreso virtual que se celebrará del 21 al 22 de enero.

La ratificación del congreso es de trámite, más aún tras una victoria tan clara: Röttgen, que se presentaba como un conciliador entre las corrientes del partido, obtuvo un 25,5 % de los votos, mientras Braun, persona de su máxima confianza de Merkel, apenas logró el 12,1 %.

LA VICTORIA DEL REINCIDENTE

Merz, de 66 años y nacido en el populoso «Land» (estado federado) de Renania del Norte-Westfalia, aspiraba por tercera vez a la presidencia, esta vez con un discurso algo más moderado que en las dos anteriores, en 2018 y 2019.

Pese a ello, representa para sus compatriotas una rivalidad frente a Merkel que arranca de mucho antes de que empezara la búsqueda de un sucesor para quien fue la jefa de la CDU durante 18 años.

Merz, quien entró en las juventudes del partido con 16 años, ocupaba ya un escaño de eurodiputado en 1989, cuando la ahora excanciller era aún una científica del este del país ajena al ámbito político.

En 1994 ingresó en el Bundestag (Parlamento) y empezó a destacar entre las corrientes derechistas de la CDU. Tras la derrota electoral de Helmut Kohl de 1998, y en medio del escándalo de la financiación irregular del partido, vio cómo ascendía a la presidencia Merkel, quien no llevaba ni diez años en el partido pero ya era su secretaria general y había ocupado dos carteras ministeriales.

Merz siguió luchando por dar un giro más conservador a la CDU, al que Merkel empezaba a dar ya el perfil calificado por sus detractores internos como «socialdemocratizante». En 2002 se retiró de sus estructuras, al verse desplazado por su presidenta como líder de la oposición en el Bundestag.

Concentró a partir de ahí su talento a la gran industria y los grupos de presión económicos. Se le consideraba alejado de la vida interna de la CDU, convertido en un millonario que viajaba en jets privados.

Volvió a la vanguardia en 2018, tras anunciar Merkel su retirada como jefa del partido y que no optaría a la reelección canciller.

Merz se postuló como aspirante a la presidencia, pero fue derrotado por una ventaja mínima por la teórica sucesora natural de Merkel y secretaria general del partido, Annegret Kramp-Karrenbauer. Pero un año después, la continuadora ideal tiró la toalla, incapaz de hacer valer su autoridad.

La siguiente ronda sucesoria la ganó otro centrista, Armin Laschet, quien derrotó de nuevo a Merz y logró además ser designado candidato de la CDU/CSU, puesto al que aspiraba también Söder.

A la derrota en las generales del pasado septiembre, con el mínimo histórico de un 24,1 % de los votos, siguió el anuncio de una renovación de la cúpula. Merz se impuso, por fin, con un discurso tan contenido como desconocido en él, pero identificable como el representante de una victoria tardía ante Merkel. EFE