Navidad

Francisco Chérrez Tamayo

¿Cuánto significado damos a la palabra Navidad, pero cuánto cumplimos de esa inmensa acepción? Hagamos un examen introspectivo y a conciencia, con la debida sinceridad, respondámonos a nosotros mismos, si en verdad hemos dejado de adoptar posiciones egocentristas, egoístas y excluyentes; ni se diga de alejarnos de la proterva costumbre de seguir acumulando posiciones o bienes materiales; todo lo cual, no nos hace vislumbrar la verdadera dimensión a los valores morales y espirituales.  Tenemos o no, la certeza de haber ayudado en algo a combatir la deshumanización, con todas las convalidaciones que esta incluye, llámese soledad, inequidad, enfermedades y la pobreza en toda su extensión. ¿Hemos colaborado de alguna manera en ayudar a reconstruir los hogares tristes, desolados, destruidos? No nos damos cuenta que vivimos muy a prisa, muchas veces hablando demasiado, nos enojamos constantemente y no brindamos el tiempo suficiente para escuchar a nuestros congéneres. Navidad es sinónimo de paz, perdón, solidaridad, encuentro, justicia, alegría, conversión, compromiso, reflexión, enmienda; es época de extender la mano amiga, sincera y  darnos un abrazo de reconciliación con todas las personas. No es justo que, en este mundo consumista, devastado por la pandemia del Covid y la corrupción, sigamos derrochando dinero, cuando hay personas que sufren y se mueren de hambre. Navidad no es la oportunidad de brindar únicamente un regalo material, ya que lo material y el dinero  no son la finalidad ni la esencia de la vida. En definitiva, en Navidad abramos las puertas de nuestro corazón para todas las personas que quieren llegar a él, y toquemos las puertas de esos corazones tristes, vacíos que necesitan una ayuda espiritual, cariño, comprensión y amor. Ojalá que esta pandemia nos haya dejado verdaderas enseñanzas, y a pesar de tantas circunstancias adversas que estamos soportando, podamos definitivamente dejar de lado el orgullo, la vanidad y la prepotencia; sepultemos el odio, la soberbia y la venganza; desterremos la tristeza, y enmendemos los errores. Con esta actitud positiva estamos seguros que vendrán días mejores, donde nos podamos estrechar fraternalmente en  un cálido abrazo. ¡Feliz navidad apreciados lectores! (O)