Navidad y derecho a la vida

Edgar Pesántez Torres

Ni siquiera por la pandemia, las conflagraciones o la crisis económica deja de crecer las personas que degeneran la celebración de aquel acontecimiento ocurrido hace más de dos mil años en Belén, por el fervor a las monedas de Santa Claus que dicen trae regalos a los niños en Navidad.

Papá Noel fue inspirado en un obispo cristiano griego llamado Nicolás, quien tenía predilección por los niños a los que les ofrecía inmenso amor y no regalos, salvo aquella bolsa llena de monedas de oro a tres hijas de un hogar pobre para que puedan casarse, porque en época del s. IV se requería de un dote para no quedarse solteronas. Lo hizo viendo la pobreza del hogar de los padres, pues la tradición dice que Nicolás depositó una bolsita de monedas de oro en los calcetines de las tres.

Deplorablemente la enajenación por la publicidad, la celebración de la Navidad ha dejado de ser fuente inspiración de amor y caridad, transmutándose en derroche de dádivas. Ahora hay que entregar presentes por doquier, invitar a cenas y promocionarse con fundas de galletas y caramelos. Es una época que debe ser detestada por un buen cristiano, porque lo que se evidencia es la desigualdad social y la hipocresía.  

La devoción suntuaria de los nacimientos debe de ser repudiada por el HOMBRE que vino para no ser velado, inciensado, novenado, procesionado ni más novelerías, sino para dar esperanza, alegría y fe. Con una mula y un buey y una duda aleteando en los ojos de José, se da a luz el infinito misterio de la vida a la que hay que defender de cualquier turbamiento humano, ahora mismo que se pretende legislar en favor del asesinato de niños, antes siquiera que conozcan el Jardín de Dios.

En esta Natividad lleguemos con la convicción firme de valorar la vida humana y defender su inviolabilidad, especialmente de todo niño, aún del por nacer. Por este principio hago un llamado a colegas y amigos y a todo hombre de conciencia y fe, para que hagamos respetar el derecho a la vida.                                                      

La Navidad también sirva de pretexto para repasar la historia de quienes escribieron los hitos más significativos en la familia, entre colegas y amigos. Comprometámonos con la eterna la alianza entre la naturaleza y el hombre, entre el hombre y todos los hombres y entre el hombre y Dios.  (O)