Quién ayuda a quién

Viviana Bernal Estrada

En el aprendizaje de este inmenso y muy interesante paradigma de seguridad ciudadana, me enganché cuando uno de los actores cuestiona sobre “quién ayuda a quién”. Me refiero a ciertos procesos de justicia restitutiva que han aplicado algunos países de América Latina y cuyos resultados tuvieron gran impacto con la población juvenil carcelaria. 

Mencionan otros actores que mantener una mente ocupada es mantener una vida a salvo y muchas con ella, y, es cierto; hay veces que las oportunidades para dicha población son insuficientes, defectuosas o llegan tarde y es allí cuando lo poco que queda de esperanza se va con la negación y con la privación de una vida digna en condiciones de igualdad y equidad.

Cuando ya mucho se ha experimentado y no funciona, resulta ahora sí congruente pensar que era mejor prevenir en lugar de experimentar socialmente con vidas humanas, familias inmersas en círculos de violencia y a un gran costo social.  El costo de la violencia es semejante a la ineficacia de políticas públicas integrales en seguridad, lo que se contrapone a una acción de seguridad integral que trascienda la vida de las personas, especialmente de todos y todas los que están allá, en los guetos de la indiferencia y el olvido.

Restituir la vida en armonía con la familia y un entorno habitable es rehabilitar la mente y el alma, es potenciar destrezas y es aún más avivar el verdadero sentido de seguridad ciudadana corresponsable, entonces ¿Quién ayuda a quién? (O)