Zaruma: un salto al vacío

Alberto Ordóñez Ortiz

Todavía sigue viva en mi memoria la deslumbrante belleza de Zaruma. Su centro histórico constituido por primorosas casas patrimoniales, es el espejo que refleja su impar riqueza histórica y arquitectónica, riqueza que mantiene permanente disputa por ser más bella en cada rincón. La iglesia central, confluencia del arte gótico y mudéjar, presidida por un altar mayor construido con pan de oro y plata por las manos de sus mejores artesanos, es otro de sus señoriales regalos. La cascada de Huayquichuma, simbiosis entre magia y naturaleza, impone su soberano encanto y realeza.

Esta maravilla del mundo, se encuentra en riesgo inminente de desaparecer. Manos criminales se han encargado de explotar sus ricas vetas de oro a través de una red de insólitos subterráneos que han debilitado fatalmente y de forma continua su emplazamiento patrimonial, incluso hay 7 casas con bocaminas de ingreso, cercanas a la bella vivienda que en la noche del 15 de diciembre pasado se hundió como consecuencia de esa infame rapacería, evidenciando así, el siniestro peligro que aprieta con sus insaciables garras a la proverbial Zaruma.  

No obstante, en entrevista reciente, en el programa Carlos Vera a su manera, el viceministro de Minas informó sin el más mínimo sonrojo ¡qué desfachatez! que están en trámite varias concesiones mineras a favor de empresas irregulares ¿habrase visto?, es decir que, desde ese nivel gubernativo en lugar de ampliar las 177 hectáreas de la zona de exclusión, se estaría dando luz verde a que la codiciosa “fiesta” minera siga. Así las cosas, resulta que el público y decidido compromiso del presidente Lasso de salvar a Zaruma, estaría siendo groseramente burlado. Es imperativo, entonces, que con firmeza imponga su autoridad, porque de continuar la explotación, Zaruma será pronto: un salto al vacío. (O)