Política criminal

Carlos Castro Riera

En el proyecto de Ley Orgánica de Seguridad Integral y Fortalecimiento de la Fuerza Pública, enviado por el Presidente de la República a la Asamblea Nacional se propone reformar la Ley de Seguridad Pública y del Estado, añadiendo la conformación del Consejo Nacional de Política Criminal que tiene como objetivo producir información y presentar conceptos que se integren en un Plan de Política Criminal.

Es loable la creación de este organismo, pero en su integración no se ha considerado a los gobiernos autónomos descentralizados y a las universidades, los GAD porque tienen corresponsabilidades en la seguridad ciudadana y la academia por sus aportes científicos e investigativos.

Claro que se establece la posibilidad de crear mesas de trabajo, grupos o subcomisiones para desarrollar temas que se integren al Plan de Política Criminal, pero es de esperar que se integren en estos equipos de trabajo expertos en materia de política criminal y contar con el asesoramiento de institutos de investigación nacionales e internacionales especializados en la materia.

Si bien la política criminal es una política pública orientada a la prevención, control, investigación y sanción de la criminalidad, la atención a las víctimas y el tratamiento de las personas privadas de la libertad, ésta debe traducirse en conceptos claros, estrategias, planes y acciones, siendo trascendental el análisis de la causas y circunstancias concretas de nuestra realidad que motivan las conductas delincuenciales, tema complejo que tiene múltiples determinaciones y de las que deben deducirse las políticas pertinentes para enfrentar la etiología del delito de manera profunda desde sus raíces y no de las manifestaciones fenoménicas externas. o percepciones que nacen de la subjetividad.

Por lo tanto, la respuesta a la delincuencia no puede reducirse a un enfoque de combate policial o militar a la delincuencia, pues si bien la Policía Nacional y excepcionalmente las Fuerzas Armadas, tienen un rol trascendental en la protección interna y el mantenimiento del orden público, sin embargo, la fuerza pública se enfrenta a hechos delincuenciales y si cuenta con una buena tarea de inteligencia puede prevenir algunos, pero las causas mismas del fenómeno delincuencial rebasan su misión. (O)