Quito

José Chalco Salagado josechalcosalgado@gmail.com

            No es solo Quito y ya. Es el centro político, patrimonial y social del país. La capital. La razón de los más importantes procesos económicos, sociales, culturales, históricos y políticos que ha vivido y vive el Ecuador.

            Lo sucedido en esta semana con el denominado aluvión, tan solo visibiliza problemas estructurales de su gestión y futuro. No es que se presentan o pretenden ahora, las dificultades de Quito; al contrario, hay un trayecto marcado en el último tiempo por ahogos, errores y abandono que para quienes hemos vivido y frecuentado su esencia, son impostergables decirlos. 

Su deterioro es notorio. Los espacios culturales y su dinámica por la restauración de una comprensión artística y futura del país, se ha equiparado a un desordenado ejercicio de bares y discotecas por cualquier lugar. La visión futurista de solucionar los conflictos de tránsito y transportación pública, se han volcado a exámenes e investigaciones de corrupción y contratos irregulares todo el tiempo en la gestión municipal.

            Hay una sentida ausencia de planificación de la Ciudad. Se construye en laderas, parques, esquinas y cualquier lugar en justificación de la expansión urbana. La seguridad ciudadana es una utopía, antes se podían definir zonas por las cuales no se debía libremente circular y en consecuencia tener precaución, hoy, es en toda la Capital. El sur, el centro y la zona norte llevan los mismos conflictos y problemas. Desorden, invisibilización de problemas reales, falta de limpieza, calles abandonadas y una lógica de desinstitucionalización y sin sabor por la carencia de proyectos que enamoren y permitan soñar por un Quito mejor.

            Cuando se edificó el andamiaje político y jurídico que implicó el Distrito Metropolitano tenía un sentido sustancial para soñar: hacia la dignidad de las personas y resolución de los problemas de la Capital. Hoy, cuando han pasado más de veinte años de su concreción, la falta de gerencia y liderazgo muestran improvisación, dolor, quemeimportismo y pérdida de lo sustantivo: pensar en los quiteños.

            Yo diría, si es con Quito, es con el Ecuador. (O)