El “botín” de oro

Juan F. Castanier Muñoz

Hablando del show de la última semana al interior del Consejo de Participación Ciudadana, estimo que en ocasiones es bueno mirar el “lado amable” de las cosas. Frente a la presencia de dos presidentes en dicho organismo, por ejemplo, se me ocurren algunas máximas, como aquella de que “dos cabezas piensan mejor que una”, o aquella otra de que “alegría compartida es doble alegría y dolor compartido es medio dolor”, o esa conocidísima de que “la unión hace la fuerza”. Bueno, no creo que la “unidad” sea justo una característica del actual Consejo, pero, de alguna manera, la máxima suena bien. Y por qué no destacar lo de la paridad de género, pues, el un presidente es varón y la otra presidenta mujer. Finalmente, sus “parcialidades” o partidarios de uno y otro se ven bastante equilibrados, con la inclusión de partidos políticos, ministros de Estado, fuerza pública y, cuando no, hasta jueces.

Y entonces, el gran público se pregunta, ¿qué hacen los correistas, los pachacutiks y los socialcristianos, defendiendo a capa y espada a la una presidenta del CPC, y amenazando con un juicio político al presidente varón?, ¿qué motivación tan importante ha unido a los enemigos de ayer nomás?, ¿o será que llana y sencillamente se han vuelto, de pronto, unos feministas a ultranza?, ¿o será que hay de por medio algún “botín” en el que están incluidos el futuro Contralor, las futuras autoridades electorales, el futuro procurador, el defensor del pueblo y quién sabe cuántos otros “futuros”?

El “botín de oro” es un importantísimo trofeo deportivo que se entrega anualmente al máximo goleador de las ligas europeas mayores. Algo me hace pensar, frente a la guerra en el CPC, que hay grupos políticos que se encuentran superinteresados, en controlar la mayoría del organismo para hacerse del “botín” y poder manejar, entre otras linduras, la designación de las autoridades de control. La diferencia con Robert Lewandowski, futbolista polaco y actual acreedor al “botín de oro” europeo, es que los políticos tras el “botín” criollo jamás han marcado un gol y lo que han hecho ahora es desnudar sus reales e inconfesables intenciones. (O)