Un cóndor andino nace en el bioparque Amaru

Pacha e Inty, padres del cóndor andino que nació en Amaru. Cortesía

Un cóndor andino acaba de nacer en el bioparque Amaru, de Cuenca. «Estamos felices de comunicar que Pacha e Inty (nuestra pareja de cóndores Andinos bajo cuidado) son padres de un polluelo, convirtiendo a esta pareja, en una nueva esperanza para la especie», informó la administración del bioparque.

Desde el 2014, en Amaru se trabaja en el cuidado y conservación de esta especie. Hay tres cóndores rescatados de situaciones de conflicto con el ser humano y aquí han encontrado una segunda oportunidad de vida segura.

Durante este período los padres se han turnado la incubación y cuidado del huevo, girándolo y realizando una pared en forma de cráter de contención, proveyéndolo de la temperatura y aireación adecuada.

«Pacha e Inty son una pareja primeriza, la primera establecida en la historia de Cuenca y el Austro, y en estas semanas hemos estado monitoreando los cuidados y asistencia de los padres al huevo del cóndor mediante una cámara que fue colocada con antelación en el nido», detalló Amaru.

El polluelo de cóndor se encuentra en observación. Cortesía

La pareja de cóndores primeriza se enfrenta a dos escenarios:

  1. Nacimiento del polluelo y su potencial muerte: debido a que después del nacimiento de un bebé cóndor andino sus primeros días y semanas son sumamente críticos, ya que normalmente los padres primerizos se ponen muy territorialistas y temperamentales, causando estrés en la pareja y en ocasiones accidentalmente provocan la muerte del recién nacido, ya todos estos son procesos que forman parte del aprender a compartir los cuidados de un pichón.
  2. Vida prolongada del polluelo: una vez superada la etapa crítica, los padres empiezan a manejar el estrés y compartir adecuadamente el cuidado del recién nacido. En esta fase podría considerarse que el polluelo comienza una vida llena de aprendizajes y riesgos. Cualquiera que sea el resultado será un éxito para la conservación de esta especie al borde de la extinción. En el país hemos tenido casos exitosos de nacimientos y vida prolongada de cóndores bajo cuidado humano, como es el caso del zoológico de Quito y Zuleta.