Verdad y libertad

Hernán Abad Rodas

En toda la historia del ser humano en particular y de los pueblos en general, la verdad ha sido considerada como uno de los supremos valores humanos, así lo han pregonado los grandes maestros de la humanidad, hoy olvidados.

Es tan grave la crisis política, ética y moral en la que nos encontramos inmersos, que conceptos y palabras nobles como: libertad, justicia independiente, paz, democracia, revolución, humildad etc. actualmente son irresponsablemente utilizadas para camuflar la mentira y enaltecer las bajas pasiones, como: la vanidad, el orgullo, la codicia, el abuso del poder etc.

Mucha gente habla de verdad, pero continúa viviendo en un mundo de mentira, siendo más notorio en el ámbito político. Hay un anhelo de verdad en los corazones de los autodenominados “salvadores de la patria”; algunos estarán avergonzados por su falta de verdad; pero hablan acerca de la verdad. Pero es solo palabrería. Vivir de acuerdo con ella es demasiado peligroso, no se pueden arriesgar.

Y lo mismo sucede con la libertad. Todos quieren libertad, en cuanto a hablar de ella se refiere, pero nadie en realidad es libre, y nadie con honradas excepciones quiere realmente ser libre, porque la libertad trae consigo responsabilidades, no viene sola, y ser dependiente es sencillo, la responsabilidad no te toca, ésta es de aquel de quien dependes.

Así el ser humano ha creado un modo de vida esquizofrénico. Se habla de la verdad y de la libertad…. Y se vive en la mentira y en la esclavitud, esclavitud de muchos tipos: social, económica, política etc.

El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social es un organismo inventado por el populismo para manipular los organismos de control. El Consejo lleva la mentira en su propio nombre porque no haya ninguna participación ciudadana ni control social alguno, es un campo de agramante en el cual todo es desorden, discordia o división de pareceres porque los políticos lo ven como la clave del poder. Llevamos años proclamando que dicho consejo debe ser eliminado, pero es parte de la estructura del estado y es intocable, como lo quiso y diseñó el Capo Correa.

La verdad es como todas las cosas bellas de este mundo, no revela sus secretos sino a aquel que ha sentido la influencia de la mentira.

“Libradme de aquel que no dice la verdad, a menos que esté atormentado; y del hombre de buena conducta y malas intenciones; de aquel que adquiere autoestima y poder criticando y agrediendo a los demás” (Khalil Gibrán).

La verdad es la promotora de la vida, dignifica, ennoblece y simplifica nuestro trato personal. (O)