Retorno de compatriotas

La angustia y la zozobra causadas por la invasión rusa en Ucrania también se viven en Ecuador.

No es para menos, si más de 700 ecuatorianos, estudiantes los más, viven en ese país víctima de la guerra, el reflejo de la peor decadencia del corazón y alma humanos.

Se negaron a salir antes. El estallido de la guerra, a lo mejor no estuvo entre sus proyecciones. Tampoco lo estuvo para el resto del mundo, pues, parecía remota.

Pero cuando ya la destrucción, la muerte, el éxodo masivo de los propios ucranianos, conmueven, la suerte de los compatriotas es una honda preocupación, difícil de digerir.

Y así lo demuestran los padres de familia de quienes, hasta el momento, están varados en Ucrania, sea en su capital, Kiev, o en las fronteras de los países vecinos, entre ellos Polonia y Rumanía.

Según la Cancillería de Ecuador unos 140 connacionales han logrado dejar Ucrania. La mayoría llegaría entre hoy y mañana al país en un vuelo humanitario tras la coordinación con aerolíneas de Polonia y España.

Otros dos compatriotas, por cuenta propia debieron arribar ayer, pues, se arriesgaron a una travesía de dos días para llegar a Moldavia y Rumanía.

La Cancillería ha reclamado al gobierno ucraniano por no dar las facilidades acordadas para la evacuación. Una de ellas, la no necesidad de la visa Schengen para cruzar las fronteras con otros países europeos; y estos, tampoco de exigirla.

Ciudadanos de otros países latinoamericanos también viven similar calvario en Ucrania. Y por eso han resuelto emprender acciones coordinadas, incluyendo Ecuador, para conseguir su evacuación del territorio en conflicto.

Se trata de una “cooperación consular con el fin de unir capacidades y brindar una mejor atención a los afectados”.

En efecto, toda gestión diplomática es bienvenida -mientras más ágil, mejor- para conseguir el retorno de los compatriotas. Nadie estará tranquilo hasta no verlos en el suelo patrio, aunque el horror de la guerra siga, y el desangre conmueva a la mayor parte del mundo civilizado.