Una guerra cercana

Mario Jaramillo Paredes

1- La invasión de Rusia a Ucrania no es -por primera vez en la historia- una guerra lejana en un continente remoto. Es una guerra cercana para todos. Amenaza con convertirse en una guerra nuclear, con la cual dos millones de años de historia humana pueden desaparecer en segundos cuando a uno de los líderes de las potencias – especialmente Rusia, China o Estados Unidos-se les ocurra que ha llegado el momento de aplastar el botón rojo que activa al arsenal nuclear.

2- Hasta ahora las guerras fueron siempre focalizadas. Vietnam o Afganistán, fueron enfrentamientos en tierras lejanas. Nos dolían, pero no nos amenazaban. En muchos casos la gente veía por televisión a esas confrontaciones, casi como mirando una película. Eran esas desgracias que les llegaban a otros pero que no amenazaban a los territorios de América.

3- Hoy no solamente está en juego la vida de miles de seres humanos -ucranianos o rusos, que es lo que más debe importar-o el peligro de un severo deterioro de la economía mundial.  Está en peligro la supervivencia de todo el Planeta. En América, que habíamos visto guerras lejanas en Asia, África o en Oriente, no conocemos la brutalidad de la guerra ni los costos humanos que significa. Quizá por eso jugamos a la guerrita de supuestas revoluciones, tomando un café. Las guerras de la independencia o aquellas por fronteras son juegos de niños frente a lo que implica una guerra mundial como ha sufrido el viejo continente y la que puede darse.

4- Hay gente que parece no tener consciencia de este peligro. Sólo les preocupa las secuelas económicas, la elevación de precios o simplemente se dividen en bandos: los que condenamos la invasión y los que tratan de justificarla con malabares mentales que esconden su fanatismo y cerrazón mental. Hasta hay quienes hacen chistes sobre la guerra a través de las redes sociales.

5- La resistencia heroica de los ucranianos frente al nuevo fascismo putinesco, hace recordar la Guerra Civil española cuando se cantaba “porque nada pueden bombas donde sobran corazones”. (O)