Mujer en tu día

Francisco Cherrez Tamayo

El 8 de marzo de 1908, en una fábrica en Nueva York, 129 mujeres ofrendaron su vida por la consecución de un trabajo y un salario justo  y digno. Desde allí comienza la historia, y cada año se celebra el día internacional de la mujer, no solo de la trabajadora, sino de todas aquellas mujeres que luchan y se sacrifican por la reivindicación de sus derechos; así como por una sociedad más justa y equitativa. Como no reconocer su hidalguía, su dignidad, su corazón inconmensurable, la nobleza de su espíritu; su mirada diáfana y transparente, a través de sus ojos soñadores. Como no ensalzar su valor y su empeño, para afrontar el destino con orgullo y dignidad; su desgaste diario de su sacrificado y laborioso trabajo, muchas veces incomprendido y peor reconocido. Quién puede negar el amor puro y sin límites, la gallardía y la integridad que derrochan para cuidar y proteger a sus hijos, su esposo y más familiares. Son luchadoras acérrimas; sus horas de labor jamás se ciñen al reloj ni al calendario; cada día se levantan antes que el alba blanquee el firmamento, y se acuestan cuando el crepúsculo se transforma en madrugada. Como abuelas, madres, esposas, hijas, nietas, hermanas, son fuente inagotable de toda virtud y admiración; sin su presencia la vida no fuera humana. Sus manos agrietadas y gastadas por el dignificante trabajo, tejen a diario poemas de comprensión, paciencia y devoción. Son pasivas como la hierba dormida, son sonrisa de puertas abiertas, de amplia y desenfrenada sinceridad. Son armonía de arpegios que dan paz y sosiego a nuestras vidas; siempre están prestas para acoger y calmar  nuestras quejas dolidas. Apoyaremos incondicionalmente tu coraje, tu valor y empeño, en busca de la verdad, la justicia, la solidaridad y la equidad. Mi admiración y mi respeto por ti MUJER, que dejas impregnadas tu piel y tu corazón, en todas las actividades que te toca afrontar. Sois un vívido ejemplo de amor, valor, solidaridad e hidalguía, que has engrandecido, y seguirás contribuyendo para sacar adelante el futuro de este agónico país.  ¡Salud en tu día! (O)