Amnistiando

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

            La Asamblea Nacional no conforme con las múltiples y gigantescas obras que viene realizando en el bien del país, considerando la necesidad de continuar apoyando al progreso y desarrollo con sus valiosísimas y versátiles gestiones, propuestas normativas, reformas y trabajo incansable; consideró prudente -digno de todo aplauso por favor- oportuno y deseado por todos sus representados, cumplir con el clamor ciudadano y urgente de ponerse a estar amnistiando a uno y otro, a otro y otro, a más de doscientos.

            La amnistía es una institución desarrollada en el Derecho Político antes que en el Derecho Constitucional, con la finalidad de olvidar el cometimiento de hechos o circunstancias conducentes a la generación de un delito de tipo político, es decir no se trata de un perdón o reducción de la pena, sino del olvido y eliminación de los hechos investigados o sancionados en el ámbito penal. Eso es.

            Entonces generosísima como es la Asamblea, súper trabajadora como ella sola, ésta decidió hacer unas cuantas amnistías a 268 personas entre las que están un grupo de 60 judicializados por los actos vandálicos, vejatorios e inhumanos de octubre de 2019 que vivió el Ecuador y en especial Quito. O sea, por delitos comunes distantes a cuestiones de índole político como es el requisito que exige la Constitución. Hizo un paquetito.

Claramente, la magnífica Asamblea se metió en bulto a casos reales que podían operar a través de amnistía y otros que nada tienen que ver y responden a una lógica de agresión y vandalismo. Se trata más bien de impunidad desmedida que avizora una sociedad sin reglas y con violencia. Un mensaje claro a estar fuera de la Ley.

            ¡Belleza de Asamblea! Advertencia: Usted lector amnistíeme por el sarcasmo que incluye esta redacción. (O)