Por la Paz

María Eugenia Moscoso C.

Cuando las dos fuerzas responsables de la guerra que el mundo entero mira con zozobra y, cuando estamos cumpliendo un mes de enfrentamientos, con la consiguiente destrucción de vidas y patrimonios, es hora de elevar nuestro clamor, porque los dos líderes de Rusia y de Ucrania, dejando de lado, sus particulares intereses y posiciones y, en honor a la Paz de su población y de sus territorios, aborden, cuánto antes, un proceso de entendimiento y pacificación. Cualquier sacrificio es superior al afán bélico que los asiste; se ha constatado, el enorme poderío que, al menos, uno de los dos países exhibe con enorme arrogancia y que, como si fuera un colosal entretenimiento, juega e inaugura su maquinaria sofisticada, sin pensar en el cegamiento de vidas que pesan sobre él.

Quizás, un recurso efectivo e indispensable, podría ser un encuentro de las distintas Iglesias o confesiones religiosas del mundo, presididos por el Papa de Roma que, a través de su posición eclesial y diplomática puedan golpear puertas de los dos líderes mundiales, que están envueltos en este conflicto y que, en cualquier momento, podría asumir alcances inesperados y de profunda preocupación universal, ante la posibilidad de un desenlace de tinte nuclear, que acabaría con países y continentes.

Desde este confín del mundo, elevamos una plegaria al cielo, porque Putin y Zelensky aborden, cuánto antes, una solución definitiva al enfrentamiento que ha cegado miles de vidas, sobre todo de lado de Ucrania, más que de Rusia. ¡Elevamos nuestra plegaria por la Paz del mundo, apelando a las dos naciones por el cese de hostilidades, luego de un doloroso mes de confrontaciones bélicas! (O)