Poesía

Catalina Sojos

La semana anterior se celebró el día internacional de la poesía “esa arma cargada de futuro” que diría Gabriel Celaya en un mundo plagado de guerra, peste y corrupción. La poesía como una herramienta en la que la esperanza es su primera opción, pero que significa un trabajo sobre el lenguaje permanente. Además, la poesía como “el dolor más antiguo de la tierra” que diría Dávila Andrade. Es decir, ese espacio en el que se obliga al cerebro a seguir con su creatividad pero que insiste en un pensamiento crítico ante las realidades. Nunca como hoy la urgencia de la voz del poeta, del crítico, del creador; urgente y necesaria, la escritura y la lectura debe iniciarse desde temprana edad, por hábito y necesidad espiritual. Los centros educativos, tienen la obligación de la enseñanza del amor a los altos valores del espíritu; pero el ambiente familiar, los padres, tienen la última palabra. “Nadie ama lo que no conoce” dice Erick Fromm ¡cuánta verdad tiene esta aseveración! Que no calle la voz y que se siga la senda de los grandes, es la única opción para esta generación desconcertada. Escribir y leer desde el silencio, más allá del caos moral, económico y social que nos rodea. (O)