El mexicano Aczino lleva las batallas de rap en español al número uno mundial

Los Ángeles (EE.UU.).- Bautizada como la batalla escrita de rap más importante de la historia, los máximos exponentes en su versión en español y en inglés -Aczino y Dizaster, respectivamente- se enfrentaron este viernes por la noche en un duelo que no dejó lugar a dudas en cuanto a que el nivel del circuito en castellano está años luz por delante del anglosajón.

El mexicano Aczino, bicampeón internacional de Red Bull Batalla de los Gallos de ‘freestyle’, sometió a su oponente en un enfrentamiento que se desequilibró muy pronto, a pesar de que la especialidad del latinoamericano es la rima improvisada.

«Déjalo, ya está muerto», gritó con sorna el público hispanohablante que acudió al evento y presenció cómo la superioridad de Mauricio Hernández (como se llama Aczino) era tal que el ambiente hostil que se esperaba acabó tornándose en una atmósfera festiva que decepcionó a los aficionados más exigentes.

Y eso que la batalla no podía haberse celebrado en un lugar con más alicientes raperos: a escasos kilómetros de la ciudad de Compton (Los Ángeles, California), de donde salieron en las décadas de los 80 y 90 leyendas como Eazy-E, Ice Cube o Dr. Dre.

Además, Los Ángeles es la segunda urbe del mundo con más mexicanos, por detrás de Ciudad de México, lo que hizo que la batalla no tuviera un competidor local claramente definido.

Los aproximadamente 300 espectadores que se dieron cita en el LA Skate-Club, un ‘skate-park’ dentro de una nave ubicada cerca del centro de la ciudad, se repartieron aproximadamente a partes iguales entre estadounidenses e hispanohablantes, mayoritariamente mexicanos.

Bajo el denso humo de marihuana que circulaba por la sala y banderas de México con el lema «yo no quiero el planeta, yo quiero el universo», basado en una conocida rima de Aczino, apareció Hernández en escena.

Consciente de la importancia del enfrentamiento y debido a la ambición de ganar que le caracteriza, se mantuvo hasta empezar la batalla con rostro serio, mirada firme y con su habitual gesto con las manos emulando los cuernos del diablo.

Por su parte, el representante estadounidense lucía de manera radicalmente opuesta al mexicano; risas, empujones a los amigos que le acompañaban, y fotos con cualquiera de los presentes en un corro que recordaba a la película que hizo conocida a esta disciplina: «8 Mile» (2002).

Lo que ocurrió inmediatamente después de que el ‘speaker’ (presentador) gritara «tiempo» fue el resultado del desarrollo de dos disciplinas que actualmente están en las antípodas.

La batalla estuvo compuesta por tres rondas: la primera en español, la segunda en inglés y, para terminar, una última en inglés y en español.

Aczino barrió a Dizaster en todas. Incluso en la que no era en su lengua nativa, haciendo gala de una preparación exhaustiva y una pronunciación impecable.

Referencias deportivas, de la cultura popular, ingenio y argumentación constante basándose en la importancia de la comunidad mexicana en la economía de Estados Unidos engrosaron el repertorio de Hernández durante la batalla.

«No me llame frijolero, pinche gringo puñetero. Debe sentirse culero que tú representes Los Ángeles por el mundo entero y yo haya salido en un disco de Snoop Dogg primero», así atacó Aczino a Dizaster, que cimentó parte de su discurso en criticarlo por ser una figura mediática pero no «un verdadero rapero».

Con un estilo mucho más vehemente, acompañado de gesticulaciones y sucesivos chistes, Dizaster trató de contrarrestar las rimas del mexicano alegando que ni siquiera «los mayas» estarían orgullosos de Aczino.

Sin embargo, la complejidad de las rimas de Hernández, su sorprendente ejecución en inglés y su pulida técnica de rapeo, hicieron que el estadounidense acabara rendido ante Aczino, celebrándole las rimas y realizando su última ronda solo en inglés.

La actuación del mexicano puso de manifiesto que el circuito de batallas de rap en español -escritas o improvisadas- no tiene rival actualmente y que la profesionalización del sector y el seguimiento masivo de esta industria aún queda lejos en Estados Unidos. EFE