¡Estamos confundidos y enrabiados!

Hugo Lucero Luzuriaga

Parece de adrede que nos confunden al común de los ecuatorianos en el problema del hábeas corpus, y, más ofuscados en un extraño juego de espacios, cuando se reúnen el Presidente Lasso con los que dirigen la Corte Nacional de Justicia (CNJ) y el Consejo de la Judicatura (CJ), y se deslindan al unísono de responsabilidades al acusar a la Corte Constitucional (CC) como la responsable para que se den las acciones de libertad a muchos “santitos” en el “país de las maravillas”. Ya nadie quiere hacerse el responsable, todos hacen un saludo a la bandera y se retiran a sus escritorios.  

Adiciónese las estafas de la captación ilegal del dinero, se ha dicho con algo de razón, que los que sufren estas pillerías son personas ingenuas o inocentes, sin embargo, creemos que la mayoría que ingresan en estos negocios engañosos son sujetos que conocen del ilícito, ambiciosos, mediocres que gustan tener mayor ganancia con menor esfuerzo, carentes de solidaridad, siendo cómplices de otros intereses que lo identifican como parte de la banda de fraudulentos.

Por obvias razones no se asegura, sin embargo, existe el criterio que en estas operaciones ilícitas estarían involucrados también “peces gordos” con poderosas influencias, aunque ya se conoce que entre estos grupos de avivatos estaría cierto personal de la policía y militares que se encuentran bajo investigación, con la posibilidad de que salpique a los altos mandos.

Estamos en un país del olvido fácil que deja en libertad a hurtadores sin que devuelvan centavo alguno, en donde las estafas y corruptelas  descubiertas son pocas, siendo necesario el involucramiento de la población para las correspondientes denuncias y sobremanera la protección del Estado para los reveladores, a sabiendas que impera la ley del acallamiento en un país que se está dejando ganar por la  delincuencia, corrupción, y por la pasividad , negligencia u omisión de un Gobierno que ofreció acabar con la corrupción y afines, pero que, a la hora de la verdad nos está debiendo, en un espacio en donde comienzan a  aparecer los “salvadores de la patria” disfrazados de candidatos para las elecciones seccionales.  (O)