Putin reitera que Rusia está dispuesta a facilitar salida civiles de Azovstal

El mandatario ruso llamó al Gobierno a orientarse exclusivamente por los intereses nacionales y hacer todo para proteger la economía rusa.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, dijo en una conversación telefónica con el primer ministro israelí, Naftali Bennett, que Rusia sigue dispuesta para garantizar un paso seguro a los civiles de la planta siderúrgica de Azovstal, en la ciudad portuaria de Mariúpol.

«El ejército ruso sigue listo para garantizar la salida segura de los civiles. En cuanto a los militares que quedan en Azovstal, las autoridades de Kiev deben de ordenarles a deponer las armas», dijo Putin a Bennet, según recoge un comunicado del Kremlin.

Según la nota, ambos mandatarios realizaron un «detallado intercambio de opiniones» acerca de la situación en Ucrania.

«Especial atención se prestó a asuntos humanitarios, incluida la evacuación de civiles del territorio de la planta de Azovstal, realizada en cooperación con la ONU y la Cruz Roja», señala el comunicado.

Se trata de la primera conversación entre los líderes de Rusia e Israel tras una fuerte polémica causada por unas declaraciones del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien afirmó que Adolf Hitler «tenía orígenes judíos».

El Ministerio de Defensa de Rusia prometió ayer abrir los días 5, 6 y 7 de mayo corredores humanitarios para la evacuación de todos los civiles que se encuentren en Azovstal en la dirección que «ellos elijan», en referencia a zonas controladas por fuerzas rusas o por el Gobierno de Kiev.

A la vez, el Regimiento Azov, que defiende la instalación siderúrgica, acusó este jueves a las fuerzas rusas de incumplir su promesa.

Según Naciones Unidas, hasta ahora de Azovstal han salido cerca de un centenar de civiles que se refugiaron en la planta durante casi dos meses ante los combates en Mariúpol.

La mayoría de los rescatados se trasladó a Zaporiyia, a unos 220 kilómetros de Mariúpol y bajo control de las autoridades de Kiev, aunque unos pocos optaron por quedarse en la devastada urbe. EFE