¿Cómo acompañar las emociones y los cambios en los adolescentes? Entender y aprender son las claves

Anita Baculima junto a sus hijas Daniela y Sofía. Foto Xavier Caivinagua

“Mi hijo es un rebelde”, “no me hace caso”, “me dice que no me quiere”, “solo pasa en el celular”, “no quiere hacer nada en la casa”, “me responde todo”, “se quiere ir de la casa” son entre otras las frases de padres y adultos que acompañan a los adolescentes.

Y sí, la adolescencia es la etapa de mayor reto en la crianza porque está acompañada de cambios físicos y emocionales. Estos cambios tienen que ver con el tono de la voz, de la contextura del cuerpo, del despertar de curiosidades, gustos, sentimientos por otras personas, gustos por otro tipo de música, formas distintas de vestirse.

Esto lo explica la sicóloga clínica Yuliana Delgado, quien afirma que existen mecanismos para acompañar la adolescencia desde el amor, los acuerdos y la decisión personal de los padres por comprenderlos y convertirse en el puerto seguro para sus hijos.

La adolescencia se convierte en algo muy retador porque ni los adolescentes entienden lo que les está pasando”.

Yuliana Delgado, psicóloga clínica.

Cambio radical y un torbellino de emociones en su cabeza

Mucha gente le ha denominado a la adolescencia como la “época del burro”, asegura Delgado, “porque los adolescentes no saben si van para atrás o para adelante. Y es muy normal porque en su cabeza hay todo un torbellino. Entonces, están bien y luego mal; odian al mundo y luego lo aman”.

Recalca que para los padres es importante entender que dentro de ellos sucede un cambio radical y que es necesario el acompañamiento y la paciencia en esta última etapa de la crianza porque luego viene la independencia por su adultez.

“Los padres acompañamos solo el 25 % de la vida de nuestros hijos”.

Soledad Suárez, sicóloga social y docente de la Universidad de Cuenca, recuerda que la Organización Mundial de Salud establece a la adolescencia como esta etapa de crecimiento y desarrollo que varía entre lo que es la niñez y la adultez donde se presentan características claves en una especie de duelo e hito histórico en su vida “al pasar a otra etapa”.

La adolescencia es esta etapa de crecimiento y desarrollo que varía entre lo que es la niñez y la adultez. Foto Xavier Civinagua

Destaca el rol de la familia y las estrategias de crianza que parten de la niñez y en cómo se genera la confianza. “Se debe fortalecer su autoestima y las relaciones con ellos mismos”.

Delgado agrega que se trata de un acompañamiento y no de la intromisión a su privacidad. “Debemos decirles: estoy aquí para ti cuando me necesites. Si quieres hablar conmigo aquí estoy para ti”, explica la profesional, quien ha impartido talleres sobre cómo acompañar a hijos en su adolescencia.

Recalca que la confianza que se construyó en la niñez se desmorona en la adolescencia y que se la debe reconstruir paso a paso para que los padres sean guía y quienes hablen de temas importantes.

Adolescencia: la misma de siempre, pero con los riesgos de la tecnología

Si como padres han dicho: “en mi época la adolescencia no era así”, “los adolescentes de hoy son distintos”, “los adolescentes de hoy son más rebeldes” sepa que la adolescencia no es una época retadora de hoy, “es una época retadora de toda la vida”, afirma Delgado.

Sin embargo, en la actualidad el Internet trae información a la que antes no se tenía acceso y riesgos como la pornografía, contacto con otras personas que pueden ser acosadores o violadores, o problemas de adicción a los videojuegos que se compara con los problemas de adicción a la cocaína.

“Hay retos muchos más grandes en la actualidad, pero la adolescencia sigue siendo retadora como antes”.

Yuliana Delgado, psicóloga clínica

Por eso recalca que la crianza respetuosa y positiva debe partir de la niñez para que el camino en la adolescencia sea más fácil y se cree un vínculo de confianza para que, cuando ellos se enfrenten a riesgos, tengan la confianza para contar lo que les pasa sabiendo que sus padres les creerán.

“Cuando son criados a través del golpe y el castigo los niños y adolescentes se guardan cosas por el temor a ser castigados, a ser juzgados porque en el caso del abuso se considera que “es algo malo”, dice la sicóloga.

En esto coincide Suárez y agrega que el uso del lenguaje asertivo genera confianza entre padres e hijos. “En la medida posible se debe tener la seguridad de que cuenten las cosas como son para evitar que repliquen patrones. No todos los casos serán así porque todos somos un mundo diferente”, dice la docente universitaria.

Otro tema importante es el trabajo de la autoestima de los adolescentes para que se sientan seguros, “que crean en ellos, que confíen en su valor, en su potencial y que sepan identificar situaciones de vulneración”.

Anita Baculima con sus hijas. Las profesionales en sicología resaltan la importancia de cultivar la confianza entre padres e hijos. Foto Xavier Caivinagua

Entonces, ¿Qué puedo hacer para comenzar a acercarme a mi hijo?

Delgado dice que es posible enmendar errores de crianza, que tomará más trabajo, el camino será más largo y que requerirá de más paciencia. ¿Qué pueden hacer los padres?

  1. Trabajar en sí mismos, en la paciencia.
  2. Entender lo que pasa en el cerebro de los adolescentes y asumir que es algo normal.
  3. Tratar de establecer la confianza con espacios seguros, de conexión, dedicando tiempo exclusivo con ellos y validando sus emociones.
  4. Darles su tiempo y espacio para que puedan estar solos, si así lo requieren.
  5. Darles normas y reglas respetuosas, acordes y habladas con el adolescente. Llegar a acuerdos y compromisos juntos.
  6. Realizar actividades familiares que nos permitan conectarse y vivir con ellos esta etapa.

Es necesario entender que la crianza positiva no es permisibilidad, “ningún niño ni ningún adolescente necesita golpes. Necesitamos establecer normas, límites y compromisos con nuestros adolescentes”.

La crianza positiva incluye establecer acuerdos y límites. Foto Xavier Caivinagua

Consecuencias lógicas, no castigos

Estos compromisos están relacionados con permisos, salidas o cosas que deseen los adolescentes, al acuerdo previo entre las partes de lo que se debe cumplir. Si el adolescente incumple el acuerdo se establece una “consecuencia lógica”, que no es lo mismo que un castigo.

Delgado explica: “Las consecuencias tienen de por medio hacer reflexionar al niño o al adolescente que la próxima vez debe hacer las cosas de manera distinta (si no cumplió, ahora cumplir); que le lleve a tener un aprendizaje… Se debe poner una acción positiva con una consecuencia positiva o una acción negativa con una consecuencia negativa”. La consecuencia lógica debe estar relacionada a la acción que se comete.

Suárez señala que la Universidad de Cuenca trabajó en una Guía de Padres donde comparten tips en función diferentes temas que se abordan con los adolescentes, desde el cuidado con amor, conectando, disciplinando y socializando para que se genere confianza.

Agrega que se deben fortalecer las estrategias de crianza, sin dejarse llevar por lo que diga el resto de la familia por sus propias formas de crianza, “todas las familias son diferentes y está el tema de la confianza y la autoestima”.

“La comunicación asertiva con los adolescentes es clave”.

Soledad Suárez, sicóloga social

Desde la universidad trabajan en talleres de vinculación con la comunidad con adolescentes de diferentes instituciones educativas de la provincia.

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Creencias y verdades sobre la adolescencia

La sicóloga Soledad Suárez hace un análisis sobre las creencias que se tiene de la adolescencia y las verdades que se deben saber:

Creencia

Que los adolescentes tienen cambios de ánimo por sus hormonas.

Verdad

La adolescencia es una etapa de cambios: fisiológicos en su cuerpo, emociones que generan cambio en su estado de ánimo. Por ejemplo, la presencia del acné no es un sentimiento propio sino preocupación por el qué dirán. Tiene que ver con un tema de la sociedad y no del adolescente mismo.

Creencia

¡Todos los adolescentes son rebeldes!

Verdad

Estamos condicionados por el “debe ser”, “el qué dirá la sociedad”, las formas de educación antigua, que las normalizamos y que incluyen actos violentos. Depende mucho de los roles asignados a los adolescentes y cómo los van procesando.

Creencia

Los adolescentes no saben lo que quieren. Un día quieren esto y después quieren lo otro.

Verdad

Ellos saben perfectamente lo que quieren. Al estar en este proceso de búsqueda y de identidad prueban lo que mejor se ajusta para ellos.

Por esta razón es común pertenecer a diferentes tribus urbanas. Les atrae diferentes tipos de ropa, forman parte de diferentes círculos de amistades y tienen diferentes tipos de manera de visualizarse en la sociedad.

“Todo esto les hace sentirse parte de… y les hace sentirse aceptados porque ese es el círculo que a ellos les reciben”.

Soledad Suárez, sicóloga social

Como padres se debe tener en cuenta que los adolescentes tienen diferentes espacios que tienen abiertos. Aquí entra en juego la seguridad, porque como padres deben considerar los espacios y amistades que frecuentan.

Creencia

Los adolescentes no consideran a sus padres, no los toman en cuenta

Realidad

Hay adolescentes introvertidos y extrovertidos, por sus formas de crianza. Hay quienes buscan su propio espacio, pese a que siguen bajo ese cuidado, buscan su propia independencia y por eso se encierran. Es un proceso en el que, al estar encontrándose y buscándose, deciden tener una independencia, aunque estén bajo el techo de sus padres.

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¿Adolescentes violentos? Una mirada al pasado puede tener la respuesta

Delgado explica que llegar a acuerdos entre padres e hijos adolescentes no son cosas que se hagan de la noche a la mañana.

“Debemos preguntarnos qué hubo antes de este compromiso. No puedo esperar que un adolescente sea diferente si se viene criando con el grito, golpes, castigos”, afirma.

Por eso recalca que la importancia de la paciencia y de construir un ambiente de respeto, compromiso, de trabajo en equipo, “los errores son válidos y nos permiten aprender a todos, validamos emociones, somos puerto seguro. Esto toma tiempo”.

Se trata del rol de los padres, en reconocer lo que se debe cambiar, mejorar, aprender y acompañar, “todo comportamiento de los adolescentes es un llamado de ayuda a los padres”.

Suárez aporta a este tema y resalta la importancia de manejar diferentes estrategias como actividades de las cosas que a ellos les agrada, “eso depende del gusto de cada adolescente”.

Aclara que, cuando los padres tienen dudas o no saben cómo hacer este acompañamiento, es necesario buscar ayuda.

“La terapia es un tema de salud mental y el terapeuta tiene diferentes estrategias para trabajar con adolescentes”.

Soledad Suárez, sicóloga social

¿Ha escuchado frases dolorosas? No se lo tome personal

Si ha escuchado frases como “te odio”, “eres lo peor que me ha pasado”, “me quiero ir de esta casa”, “solo estoy aquí porque no tengo a dónde ir” tienen relación a las que dicen niños de dos a tres años: “mamá mala”, “no te quiero”, “me voy”. Esta es la forma de expresar su frustración porque no saben cómo manejarla o gestionarla.

“No se lo tomen personal”, recomienda Delgado y agrega que, si esto provoca dolor, frustración es necesario buscar información con especialistas, acceder a cursos gratuitos, talleres, formación para saber cómo manejarlo.

“Primero me formo, entiendo esta etapa, aprendo de herramientas y es momentos de ir aplicando pasito a pasito, ir cultivando la paciencia e ir trabajando la relación con mi adolescente”.

Trabajar en la propia infancia de los padres, sanarla y empezar a formarse para educar de manera diferente, es una decisión personal y un despertar interno, “es trabajar en esta paciencia y en este compromiso con mis hijos”.

“Dar lo que no se tuvo sana y transforma. La violencia siempre va a ser violencia y nunca será educación”.

Yuliana Delgado, psicóloga clínica

Los adolescentes informados toman sus propias decisiones

Hablar de estos temas que antes eran un tabú es posible si se rompen todas las creencias que existen la cabeza, dice Delgado.

Si al adolescente el padre no le habla de sexualidad ellos buscarán información con sus amigos o en Internet y quizás no reciban la información adecuada.

Por eso aconseja a los padres informarse de todo para darles los datos correctos, estar dispuestos a buscar acuerdos, establecer horarios y límites; acompañar las primeras experiencias, su primer amor, su primera decepción amorosa y que ellos sepan que sus padres siempre serán su puerto seguro.

Finalmente, con toda la información en sus manos, los adolescentes tomarán sus propias decisiones conscientes las consecuencias, peligros; su cabeza trabajará y seguro lo que hagan estará orientado a su bienestar, concluye Delgado.