Se ha ganado una batalla

Juan F. Castanier Muñoz

Hace más de un mes, el Ecuador fue sacudido por la noticia que un juez de Manglaralto había concedido un recurso de habeas corpus al ex vicepresidente Glas, detenido en la cárcel de Latacunga bajo sentencia ejecutoriada y, en definitiva, le había puesto libre. Como era de imaginarse, y hallándose por medio la actuación protagónica de los reyes del cinismo y la triquiñuela, el acto judicial estuvo plagado de irregularidades e ilegalidades, pero, lo cierto es que Glas estaba libre. ¡Libre!, ni siquiera con arresto domiciliario y, tratándose del número dos de la banda, era una victoria digna de celebrarse.

Vino la apelación del Estado ante la Corte Superior de Santa Elena, pidiendo que ésta revierta la decisión del juez inferior y Glas vuelva a la cárcel, de donde, si se hubieran cumplido los requisitos legales pertinentes, nunca debió salir. La audiencia se llevó a cabo el miércoles pasado y, el último viernes, la Corte se pronunció dejando sin efecto la resolución del juez Moscoso y Glas fue apresado nuevamente y enviado a la cárcel de Latacunga. Durante el tiempo transcurrido entre la absurda concesión del habeas corpus y la suspensión de la misma, la gran mayoría de la opinión pública se pronunció en contra de la libertad de Glas y, ¡claro!, la cúpula de la banda, bajo cuyo monopolio se enseñorean en el Ecuador la corrupción, el despilfarro y la mentira, no podían ocultar su satisfacción por la libertad de quién era, a no dudarlo, “el que repartía los naipes” en el manejo del codiciado sector energético.

Aun cuando alias “vidrio” se encuentre de vuelta tras las rejas, ello no significa que las huestes correístas estén decididas a bajar los brazos. El luchar por la impunidad de los delitos cometidos por sus “compas” y el regreso del “innombrable”, continúan manteniéndose en la primera página de sus malolientes y perversas agendas. Sería un error garrafal el menospreciar las ambiciones del correísmo y sus estrategias para cumplirlas. El viernes pasado, en Santa Elena, la sociedad ecuatoriana ganó una importante batalla contra la corrupción…. hay que seguir luchando para ganar la guerra. (O)