Hacer el seguimiento

Hugo Lucero Luzuriaga

Por los antecedentes nada halagüeños, por el acúmulo de frustraciones y el hartazgo de mentiras, creemos que, es necesario hacer el seguimiento a las aseveraciones del Gobierno Nacional confirmadas por el coterráneo Ministro de Obras Públicas y reiterado por sus colaboradores, en que, por fin se darán proyectos en favor de la vialidad en el Azuay, estando entre estos la vía Descanso-Gualaceo-Paute con cuatro carriles; seguimiento a sabiendas que propios y extraños vivimos tensos ante la amenaza perenne de un nuevo desastre en la Josefina.

Lo anunciado del “Plan Vial 2025” por las autoridades nacionales nos satisface, pero también invita, por de pronto a “soñar”, porque muchos ofrecimientos han caído en la demagogia o han sido clichés de campaña, empero, nace una propuesta que lo esperábamos todos y particularmente los gualaceños liderados por el “Frente Ciudadano 4 carriles”, preconizando que: debemos estar atentos a través del citado colectivo, y de las autoridades locales en no caer en el conformismo ante primeros anuncios oficiales, al conocimiento por parte de las autoridades y de la población sobre los trámites y curso del proyecto, en confiar en la voluntad-obligación del Gobierno y sobre todo del Ministro Cabrera, anteponiendo que no todo depende de este funcionario sujeto a la aprobación y confianza del Ejecutivo, en aceptar que es un proyecto que recién se inicia y que es indispensable no perderlo de vista, y, estar listos y predispuestos a afrontar y luchar contra potenciales embustes o decepciones que harto estamos los ecuatorianos y por ende los gualaceños de haberlos vivido “en carne propia”por algunas ocasiones, empero, confiamos que esta vez no nos fracasarán, por ello que, estamos listos y predispuestos a realizar el correspondiente seguimiento a una oferta del Gobierno que ya no está en campaña política sino en la tarea de cumplir con sus mandantes, caso contrario, seguiríamos interrogándonos: ¿ SON CONFIABLES Y CREÍBLES LOS POLÍTICOS ACTUALES, PORQUE DE LOS ANTERIORES, NI QUÉ HABLAR? (O)