Esos no son “padres”

Karina López Pino

El Creador, aquel gran arquitecto de la vida, nos dio libre albedrío para elegir nuestra manera de vivir, de allí que algunos hombres y mujeres eligen la maldad y por consecuencia están carentes de humanidad, sentimientos y valores.

En Ecuador, meses atrás, un “policía” contrató sicarios de bajo presupuesto para que matasen a su hija de 8 meses. Dícese que es “padre” y profesional, pero ese calificativo a él, le quedó muy grande. La naturaleza con él sí que se equivocó, y no solo con él sino con muchos “varones” que en su dicha hombría acaban con la vida de mujeres, niños e infantes.  Otros no llegan a tanto, pero sí han arruinado la vida de quienes llevan su misma sangre y penosamente el apellido; llevados por la influencia del alcohol, drogas o patrones han humillado y marcado la vida de infantes, niños, adolescentes y adultos. Les han pegado, insultado, violentado física, psicológica y sexualmente al punto de hacerlos seres inestables y amargados. Todas esas personas víctimas de padres monstruosos tienen dos caminos: vivir del recuerdo con las huellas del pasado o mejorar sus vidas rompiendo cadenas y siendo la mejor versión de lo que se conoce como padres.

Volviendo al tema del policía -asesino intelectual- de la muerte de su hija debemos preguntarnos ¿qué está pasando en nuestra sociedad? La insensatez y el desequilibrio mental está a flor de piel, matar a un hijo para no pagar la pensión alimenticia no tiene explicación alguna. Aunque este sujeto ya está preso quién consuela a esa madre que no podrá perdonarse el hecho de haberse involucrado con un ser tan bajo, miserable y falto del temor de Dios. Este “policía” debe ser parte de las semillas del mal que provienen desde los orígenes de Caín quien sin pena alguna mató a su hermano Abel. En el ejemplo bíblico fue por la envidia dada entre hermanos y en el caso actual, por tacaño y enfermo.

Lo que no me queda claro es cómo este tipo de persona calificó para ser parte de la policía nacional, que miedo saber que el orden público y la “seguridad” está en manos de gente enferma como él.

Después de reprochar el accionar de estos monstruos llamados “padres”, es necesario felicitar a aquellos caballeros que sin haber procreado han disfrutado del hecho de educar, amar y criar a niños de madres solteras, viudas o divorciadas; definitivamente sus hechos hablan más que mil palabras. Feliz día a todos aquellos hombres que sí merecen ser llamados padres; ustedes que se esfuerzan por criar seres humanos felices y con valores son dignos de admirar y de ser honrados en su vejez.  (O)