Miles de indígenas ingresaron a Quito

Miles manifestantes ingresaron a Quito la noche del lunes. EFE

Miles de manifestantes han empezado a llegar la noche de este lunes 20 de junio de 2022 a Quito, en el marco del paro nacional convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) contra la gestión del presidente Guillermo Lasso, quien se ha refugiado en el llamado al diálogo y en la aplicación de un estado de excepción.

La Conaie, que convocó a la movilización social indefinida desde el pasado 13 de junio, ha planteado un pliego de peticiones con diez demandas que incluyen la congelación y reducción de los precios de los combustibles, el control de precios, impedir las privatizaciones y evitar la flexibilización laboral, entre otros.

Indígenas burlan control policial

Pese a que en la provincia de Pichincha está sometida a esa medida excepcional, los indígenas han logrado burlar el impresionante despliegue de militares y policías ocurrido en los tres últimos días.

Y pese a que hasta la tarde de este lunes los manifestantes fueron impedidos de traspasar los piquetes de seguridad en el barrio Cutuglahua, en la entrada sur de Quito, con la llegada de la noche pudieron caminar hacia la zona central de la capital.

Mientras la marcha sumaba apoyo en las calles del sur de Quito, donde los moradores recibían a los indígenas con comida y aplausos, decenas habían logrado colarse hacia los sectores de la Universidad Central y la Politécnica Salesiana, ubicadas en la zona central de la ciudad y que suelen abrir sus puertas a los campesinos como zonas de paz.

Los manifestantes intentaban avanzar en medio del gas lacrimógeno de las bombas lanzadas por la Policía Nacional, que cercó el sector El Trébol, en donde la situación se puso tensa.

Periodistas de Quito reportaron que los policías detonaron una gran cantidad de bombas lacrimógenas en la zona.

La Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos aseguró que existió una «fuerte represión policial en la zona de El Trébol, se está acorralando a la gente».

En la noche, la Escuela Politécnica Nacional denunció que la Policía intentó ingresar a sus instalaciones.

La Casa de la Cultura, otro centro en disputa

Entre tanto, la Casa de la Cultura Ecuatoriana, próxima a esos centros académicos, permanece tomada por policías que, al aprovechar el estado de excepción, procedieron a requisarla para alojar a sus unidades antidisturbios ante la queja de la comunidad cultural.

Grupos de artistas han danzado y cantado en las afueras contra la ocupación policial del complejo cultural, donde ahora los policías montan guardia.

La ocupación de militares y policías contra las protestas también se ha dado en las instalaciones de la Asamblea Nacional (Parlamento), que convocó a una sesión del pleno para debatir en esta jornada la eventual derogación del decreto de excepción que aplicó el presidente Lasso desde la medianoche del pasado viernes.

Y cuando el Legislativo se aprestaba a abrir el debate parlamentario, la Secretaría General de Comunicación de la Presidencia informó que Lasso había derogado dicho decreto y formulado uno nuevo para extender el ámbito del estado de excepción.

Con ese nuevo texto, el presidente ecuatoriano extendió a seis provincias la zona de excepción que el viernes había fijado en las de Imbabura, Cotopaxi y Pichincha.

El Estado de excepción ahora también abarca las provincias andinas de Chimborazo y Tungurahua, así como la amazónica de Pastaza.

Esa «maniobra» de Lasso molestó a muchos legisladores, ya que la Presidencia de la República no había informado oficialmente a la Cámara del nuevo texto.

No obstante, el debate continuó con el enfrentamiento verbal parlamentario entre opositores, oficialistas e independientes, en una sesión en la que actuaron 132 de los 137 legisladores que forman la Asamblea.

Y pese a que la protesta se ha concentrado en Quito, también se han replicado nutridas marchas en varias ciudades como Guayaquil y Cuenca.

En Guayaquil se dieron dos movilizaciones, una a favor del Gobierno y otra en respaldo a las diez demandas de la Conaie. EFE