La Tuna de la UDA

José Chalco Salgado josechalcosalgado@gmail.com

            La Tuna de la Universidad del Azuay ha creado sensación en España. Lo digo en serio. Con sensibilidad y elegancia. Con prudencia y rigurosidad. Con excelencia que da orgullo. Con energía que contagia.

            El Festival Internacional de Tunas que se realiza en la ciudad de Murcia España hace su vigésima sexta edición. En esta ocasión, tras una muy corta pero vigorosa existencia, ha sido invitada a participar la Tuna de la UDA, la que se conforma por profesores, estudiantes y administrativos de la Universidad. Se trata de un concurso internacional en el cual participan tunas de distintas partes del mundo con una misma consigna: hermandar a las universidades de Iberoamérica, sus comunidades y tradiciones.

La tuna surgió en España y se integró por los primeros sopistas, quienes con escasos recursos económicos empezaron a estudiar en la Universidad haciendo de la música su fuente económica para poder pagar los estudios. Salamanca sería el centro de su primera conformación.

Ahora la Tuna de la UDA, la de Cuenca Ecuador, ha causado un ambiente de entusiasmo y muestra solvencia en España. Todos lo comentan en las avenidas, parques y plazas de la ciudad anfitriona. Hay una conexión de virtuosismo, pasión y magia en la interpretación. Además, ha incorporado instrumentos andinos y ritmos nuevos que la identifican. Destacan cada uno de sus integrantes por su hábil interpretación del acordeón, zampoña, laúd, guitarra, bajo, percusión, canto y bandurria, que han pasado a la final del Festival que se podrá mirar el día hoy a las 15h00 de Ecuador por las redes de la UDA.

            Sus integrantes Pepe Chalco (padre), Jorge y David Aguirre, Roberto Zamora, Belén Campoverde, David Guayas, Sebastián Guzmán, Sebastián Chica, Sebastián Ávila, Nadia Luzuriaga, Mateo Sarmiento, Erik Jiménez, Francisco Garrido, Daniel Abad, Pedro Vergara, Andrés Quizhpi y Renato Molina, que bien nos han hecho quedar a los cuencanos y ecuatorianos en Europa y en el mundo. Y es que, mientras haya música y corazones que vibren con ella, habrá vida. (O)