No hay cupo

Caroline Avila Nieto @avilanieto

Es la respuesta que padres de familia reciben a menudo en estos días, en la búsqueda de un lugar apropiado para que su hijo reciba educación de buen nivel, en un ambiente amoroso, acogedor y sin discriminación. Se escribe fácil, pero qué difícil conseguirlo, en particular por las condiciones que el sistema educativo, público y privado, impone a una población golpeada por la crisis sanitaria y económica.

Que una madre de familia pueda dejar a sus dos hijos en el mismo centro, en la misma jornada, no debería ser un drama enorme, y sin embargo, en el sector público lo es.  Que un niño con autismo cuyas habilidades funcionales le permiten asistir a una escuela regular, reciba el rechazo una y otra vez porque la inclusión educativa no es parte del modelo educativo no solo que es injusto sino también cruel.

Que un joven vea sus sueños frustrados porque la carrera que tanto anhela sólo recibe promedios desde cierto puntaje, un número que en ningún caso explica el esfuerzo de sus estudios, de su interés, de sus ilusiones… No hay cupo porque no hay más aulas, ni profesores, ni presupuesto. ¡Así se elimine el examen, no hay lugar!

Las reflexiones de julio y agosto no cambian. Así pasen los años, cambien los gobiernos, el desafío en educación sigue siendo enorme y particularmente con los más frágiles, con quienes requieren educación pública y gratuita, con quienes necesitan inclusión educativa, con quienes no miran el futuro, porque para ellos y ellas, no hay cupo. (O)