Controversia por obras

En el ámbito público las decisiones de autoridad competente deben ser transparentes, cuidarse incluso las formas, y hasta tomar el pulso sobre posibles impactos en la comunidad.

Se reclama a la actual administración municipal de Cuenca por la falta de obras. Si las asume le sobrevienen los reclamos. Así ocurre casi siempre. No deja de ser paradójico.

Por la construcción de un mercado en el sector El Cebollar, junto a la avenida Abelardo J. Andrade, planificada desde el 2005, el vecindario protesta.

La reacción viene por doble vía. Primero por actuar en horas de la madrugada. Esto despierta sospechas.

Con apoyo de la Guardia Ciudadana, el contratista comenzó a derrocar la casa comunal del sector, donde funcionaba el Centro del Saber, servía para reuniones y para desarrollar actividades culturales y de capacitación.

Segundo, a decir de los vecinos el alcalde participó en una asamblea ciudadana. Le solicitaron no comenzar la obra mientras no tengan información clara y completa.

Eso, a juzgar por los hechos, no ocurrió, e inició la construcción. Con seguridad, haber actuado mientras ellos aún dormían exacerbó los ánimos.

Según el alcalde, la comunidad fue informada lo suficiente. En el sector funciona un “mercado” al aire libre, con la concurrencia de 52 comerciantes.

El contratista debe cumplir el plazo y, a criterio del burgomaestre, por eso a lo mejor actuó de madrugada.

Empero, si por la obra debe sacrificarse otro bien público, lo sensato fue esperar hasta llegar a consensos, analizando los puntos a favor y en contra.

Entenderse entre autoridad y comunidad no cuesta mucho, si bien toma tiempo y hasta deben soportarse incomprensiones mutuas. Pero los resultados son óptimos.

Cuenca requiere más mercados. Los existentes ya no dan abasto. Lo saben todos. Oponerse arguyendo posibles problemas de tipo social y sanitario es poco convincente.

Ojalá las partes limen asperezas y primen los intereses colectivos. Pensar en la ciudad es deber de todos.