HABLANDO DE PISCINAS

Juan F. Castanier Muñoz

                                                                           

No voy a cansarles, amables lectores, con un estudio sobre las diferentes clases de piscinas, o sobre su estructura, sus costos, su cuidado, etc., sino más bien comentarles sobre la existencia de una piscina que, gracias a una fotografía de la misma, se ha convertido o, debe convertirse, en un ícono de la lucha anticorrupción en el Ecuador. La historia comienza con el viaje a Estados Unidos, hace pocos meses, de uno de los visibles asambleístas del correismo, quien ostenta un pasado, para decirlo de una manera generosa, “poco cristiano”. Una vez que hubo llegado a los “yunaites”, y más precisamente a la ciudad de Miami, se le antojó pegarse un baño en una piscina. Puso manos a la obra y, de 183.524 albercas existentes en Miami según el último censo, escogió, ¡oh sorpresa!, la piscina de la casa de un ciudadano llamado Javier Jordán, se fue a dar en la dirección indicada y se topó con la agradabilísima novedad de que el baño en la piscina no le iba a costar ni un calé partido por la mitad, que el baño incluía el servicio de bebidas espirituosas, sesión fotográfica al aire libre y, nada menos ni nada más, que la presencia física del propietario de la suntuosa casa, quien, salvo que las condiciones climáticas lo impidan, compartiría el uso de la alberca con su flamante huésped ecuatoriano.

Y entonces una de las fotografías obtenidas en tan memorable piscinazo, muestra al asambleísta correista, con copa en mano, exhibiendo su voluminosa contextura en medio del agua azulada y junto al ciudadano Jordán. Lo que seguramente “no sabía” el asambleísta correista, porque ha tenido fama de “ingenuo” aún entre sus compañeros de bancada, es que el tal Jordán es un prófugo de la justicia ecuatoriana, a causa de malolientes y millonarios negociados con la provisión de medicinas e insumos para los hospitales del país. ¿Por qué, si el correismo está en contra de la corrupción, no pide que el Estado ecuatoriano adquiera la piscina de Jordán para convertirla en un monumento a la ignominia y al cinismo?, ¿y por qué no pide a su asambleísta “estrella” que se deje de llevar con semejantes amigos? (O)