Consulta popular

Carlos Castro Riera

El presidente Lasso viene anunciando desde hace mucho tiempo la realización de una consulta popular, pero a la fecha de escribir este artículo, aún no se da a conocer las preguntas.

Si la consulta popular tiene por objetivo político reflotar al alicaído gobierno nacional, aquello podrá ser percibido por el pueblo y devenir en un fracaso total, con lo que se debilitaría aún más el régimen y se ahondaría la crisis de gobernabilidad del país.

El gobierno en el empeño de mejorar la aceptación política podría utilizar el sentimiento de temor e inseguridad de la ciudadanía frente al avance de la delincuencia, y formular preguntas, recurriendo el populismo penal, como endurecimiento de penas, extradición de delincuentes, más atribuciones a la fuerza pública y guardias privados, que, si bien le permitiría cosechar votos, sin embargo, no necesariamente tendrían efectividad frente a la delincuencia.

Igual podría recurrir a explotar el sentimiento ciudadano contra la politiquería, para preguntar temas relacionados con la Asamblea Nacional o el CPSCC, cuya votación sería incierta, pero que tampoco resuelve el problema integral del sistema político del país.

Por otra parte, si se intenta con la consulta, pretextando aumentar el empleo, inversiones, fondos para la nutrición infantil u otros fines, aprobar medidas privatizadoras de la archivada Ley para la atracción de inversiones, entonces la consulta podría derivar en un plebiscito de aceptación o rechazo al gobierno de Lasso.

Ahora bien, si el gobierno consultase, por caso, sobre la prohibición de minería en nacientes de agua, fortalecimiento del IESS, sistema de salud y educación pública, soberanía alimentaria, acciones anticorrupción, políticas y garantías de descentralización, rebaja de tasas de interés bancario, titulación de tierras, entonces, la mayoría del pueblo apoyaría, y claro, mejoraría la aceptación del gobierno.

Se dirá que eso es pedir “peras al olmo” por el carácter neoliberal del gobierno y su entrega a élites económicas, pero, esa sería la ruta para que la consulta contribuya a resolver problemas trascendentales del país, y por supuesto, mejorar la gobernabilidad caso contrario la consulta podría ser un fracaso agravándose la situación nacional y por supuesto la inseguridad. (O)