La monarquía británica actual remonta su linaje ancestral al período anglosajón, en el siglo V. Pero es en 1707 cuando, los reinos de Escocia e Inglaterra se convierte en un solo estado, que se constituye el reino de Gran Bretaña. El 8 de septiembre del 2022, en uno de sus tantos y tan lujosos castillos, el llamado castillo de Balmoral, en Escocia, acaba de morir la Reina Isabel II, luego de llevar la corona británica durante 70 años. Se le han brindado honores y homenajes póstumos por casi 15 días, lo cual respeto pero no estoy de acuerdo, ya que pienso y siento que todos estos actos no se compadecen y más bien trasgreden con la realidad que viven más de 200 millones de pobres en el mundo, de los cuáles más de 70 millones se encuentran en situación de pobreza extrema. A las pruebas me remito, la llamada Reina Madre fue una de las mujeres más ricas del mundo, su patrimonio está valorado en más de 14 mil millones de euros, y la mayor parte de la fortuna irá directamente a manos de su heredero, el Rey Carlos III. Este se beneficiará de ducados, palacios, castillos, departamentos, minas, millonarias colecciones de arte, de joyas, de sellos, de cisnes, hipódromos, caballerizas, etc. etc. ¿y en que tiene que invertir tanto dinero el dichoso heredero? Pues en el mantenimiento de tantas propiedades, así como en sus gastos oficiales y personales. De acuerdo a la última tasa de variación anual, publicada en agosto del 2022, en el Reino Unido la pobreza llega al 9,9%; y el riesgo de pobreza subió al 18,6% de la población. ¿Será justo que exista tanta riqueza en tan pocas manos, y tanta pobreza en muchas otras? ¿Se justifica tanto despilfarro económico en tantos y tan largos homenajes póstumos, mientras un buen porcentaje de la población británica padece de hambre y necesidades? Personalmente creo que este abrumador derroche es un insulto a la pobreza y a la miseria en la que viven millones de seres humanos en el mundo. ¡Con toda la consideración del caso, Ud. amigo lector sacará sus propias conclusiones! (O)
