Leer página por página, la tradición para Vilma Ochoa; Jimmy Calle lo hace por el digital

lectores de El Mercurio
Vilma Ochoa lee el periódico desde que tenía 15 años; a sus 77 años sigue leyendo el periódico.

Desde la tranquilidad de su casa, en un lugar especial se sienta cómodamente en un acolchonado sillón. Cruza sus piernas y mira detenidamente la portada impresa de diario El Mercurio que corresponde al 5 de octubre de 2022.

Vilma Ochoa Donoso comparte que lee este rotativo, el de mayor circulación del Austro, desde que tiene uso de razón.

A sus 77 años asegura que, como muchos otros fieles lectores, prefiere informarse por medio del periódico. Ese “romance con el papel” le ha despertado muchos sentimientos durante todo este tiempo.

Se acomoda sus lentes. Su mirada se centra primero en el titular: “Otra masacre en cárcel de Ecuador”. Cierra los ojos y comenta: ¡Otra vez, no puede ser!

Enseguida echa una ojeada a otra nota principal que fue considerada en la portada: “Inspiradores testimonios de guerreras”, que hace referencia a mujeres con cáncer. “Son una inspiración”, expresa.

Sin perder tiempo mira la cifra y la frase que se implementó en el nuevo diseño del Diario, hasta llegar a otros títulos: “Cuenca acogerá la Bienal Nomade” y “Austro contará con un Puerto Seco”. Sonríe, ya que las noticias de Cuenca son sus favoritas y más aún si son “buenas nuevas”.

Una mirada a las páginas

La sección deportiva también está entre sus predilectas. Su inmensa alegría es evidente cuando observa que Ecuador lleva 15 medallas en los Juegos Suramericanos.

Después de “escanear” la portada del 5 de octubre de 2022, hace una pausa luego de “devorar” las páginas internas, donde lo primero que hace es adentrarse en las opiniones de los columnistas. Con algunos comulga, con otros no, pero respeta las opiniones de todos.

Cambia y cruza nuevamente su pierna. Adopta  una cómoda posición, pero esta vez para contar que “sagradamente” compra el periódico todos los días porque “me gusta ver lo que pasa en nuestro medio y en el mundo”.

“De mañanita”, su esposo Vinicio Vintimilla, compra el diario, tanto así que “aún conserva ese olor a recién impreso cuando lo abro en casa”.

Adquiere los ejemplares en diferentes lugares de la ciudad, como en la esquina de la avenida 12 de Octubre y Primero de Mayo.

También les compro a los canillitas que se encuentran cerca de mi barrio». Reside por la avenida Pichincha y Loja, al sur de Cuenca.

Leyendo de principio a fin la última página del cuerpo B: “Mundo”, termina una mañana llena de mucha información de Doña Vilma, quien se despide deseando “otros 98 años más de vida” a El Mercurio, un “medio de comunicación tradicional que es patrimonio e identidad de los cuencanos”.

15
años tenía Doña Vilma cuando empezó a comprar diario El Mercurio. Desde ese entonces no ha dejado de leer el rotativo cuencano.

“Leer diario El Mercurio cada día y distintos libros me ayuda a desarrollar y perfeccionar el lenguaje. Mejora mi memoria, expresión oral y escrita”.

Vilma Ochoa Donoso, lectora de El Mercurio

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Jimmy Calle sigue nuevos hábitos para leer noticias

Mueve sus dedos a una velocidad increíble en busca de noticias. A diario hace un “scroll” (desplazamiento de arriba hacia abajo) en la página web y las redes sociales de El Mercurio.

Jimmy Calle pertenece a la generación X, conformada por personas entre 30 y 45 años con una característica que los diferencian del resto: su capacidad de adaptación.

Por tal motivo asegura que se siente “privilegiado”, ya que se amoldó fácilmente a la tecnología y dio el gran salto de la era impresa a la digital.

Jimmy Calle se informa a través de la versión digital de El Mercurio. Foto Xavier Caivinagua

El ingeniero electrónico de profesión, graduado en la Universidad Politécnica Salesiana, recuerda que lee el principal rotativo de la ciudad desde que era un joven de 20 años (actualmente tiene 37), gracias a sus abuelos: paterno (Lauro) y materno (Vicente), quienes se encargaron de su crianza luego que falleciera su padre hace algún tiempo atrás.

Desde aquel momento agarró ese “gustito” de informarse por este medio de comunicación. “Comprar El Mercurio es una linda costumbre que aún conservan nuestros adultos mayores”, agrega.

Calle es consciente de que, “como todo en la vida”, el periódico ha ido evolucionando. Es por eso que prefiere mantenerse informado a través de dispositivos electrónicos: computadora y teléfono móvil.  

Sin embargo, no deja de comprar la versión impresa, sobre todo cuando vienen especiales como el de la Independencia y Fundación de Cuenca. O también de la F1, Primera A, Primera B y Segunda Categoría.

“La tecnología ha avanzado, la información está cada vez más a nuestro alcance por medio de Internet. Simplemente con mover un dedo tenemos los hechos noticiosos actualizados”.

Jimmy Calle, lector de El Mercurio Digital

El funcionario de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA), comparte que sus secciones favoritas son la página de Ciudad y Deportes.

Jimmy tiene un hijo pequeño que se llama Daniel Patricio, a quien le inculca la lectura desde tempranas edades. En un rinconcito de su hogar le implementó una biblioteca. “Cuando le leo los cuentos siempre se emociona”.

Su retoño, quien está seguro que será un asiduo lector de El Mercurio, también “maneja al derecho y al revés” los dispositivos electrónicos, por lo que piensa que heredó su gusto por la tecnología. “Personalmente me atrae mucho los celulares y los procesadores. Siempre me estoy actualizando”.

Daniela Albuja, docente en la Universidad de Cuenca, es la esposa de Calle, a quien también le gusta mucho la lectura. Se informa por medio de las redes sociales de diario El Mercurio. (JMB) (I)

17

años lleva leyendo diario El Mercurio, Jimmy Calle, quien actualmente prefiere informarse por medio de las redes sociales de este medio de comunicación.

FRASE

“Seguramente en un futuro no muy lejano se eliminarán los dispositivos. Creo que la información nos va a llegar directamente a nuestro cerebro; parece algo de ciencia ficción”.

Jimmy Calle, lector de El Mercurio digital